▶Lyanna Baratheon, hija de Robert y Cersei Lannister, hermana mayor del príncipe Joffrey, es separada de su familia por órdenes de su padre, el Rey.
Robert desea que su hija sea casada con el primogénito de su mejor amigo y compañero de guerra Eddar...
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Finalmente después de dos días de camino llegaron a las gemelas, en cuanto Lyanna bajo del carruaje con Robert en brazos siguiéndole detrás Lady Catelyn con Eddard, al que no soltaba ni por error.
Catelyn sabía que su nieto era una réplica de su primer hijo y tenerle nuevamente así de pequeño en sus brazos le llenaba de alegría el corazón además Lyanna siempre se notaba inexperta y aterrada con todo lo relacionado a la crianza de los bebés y tomaba cada consejo y ayuda que le brindaba Catelyn por lo que su relación había mejorado mucho.
—Espero que el viaje haya sido tranquilo para usted, majestad, supongo que es difícil tratadose de los bebés. —se anunció Lord Ramsey Bolton.
Catelyn notó la incomodidad de Lyanna ante la presencia del lord, así que se apresuró a unirseles.
—Lord Bolton. —Catelyn inclino ligeramente la cabeza en la dirección del joven.
—Lady Stark. —continuó Ramsey intentando ocultar el disgusto que le provocaba no tener a Lyanna para él solo.
—Gracias por preocuparse, el viaje fue ameno y los pequeños lo hacen aún más soportable, aunque no lo crea, cuando usted se case y tenga a los suyos, lo entenderá. —se apresuró a decir Catelyn ante la pregunta que había quedado en el aire y a la que Lyanna no estaba dispuesta a responder.
Catelyn no veía correcta la actitud de Lyanna ante el Lord de Dreadfort. Si, era obvio que este la cortejaba sutilmente pero Catelyn ya había lidiado con las insinuaciones toda su vida y lo mejor era ser amables pero cortantes y Lyanna ni siquiera quería responder, no podía darse el lujo de tratar a un abanderado así.
A Lyanna se le iluminó el rostro y Catelyn supo que su hijo había llegado.
—¡Es hora de cargar a este cachorrito! —Robb extendió los brazos ante Robert, que a pesar de que solo tenía dos meses de nacido, sonrió mostrando las rosadas encías gustoso por ir con su padre.
Lyanna se lo entrego y Robb le dio un beso a la rubicunda cabecita repleta de rizos.
Mientras Catelyn observaba fascinada como su hijo fungía como padre, Eddard comenzó a llorar inquieto en sus brazos, supo que quería ir con su padre al igual que su hermano.
—¿Tu también quieres, cachorrito? —pregunto a Ned.
Cómo si el niño asintiese con un “oh”, Catelyn se lo entrego, ambos niños se encontraban sonrientes en los brazos de su padre, acaricienadole la barba y los cabellos rizados que se le iban a la frente involuntariamente.
Lyanna no podía dejar de reír a carcajadas con lo que veía y Catelyn pronto se le unió, el único que no se hallaba riendo era Ramsey Bolton, que aguantaba las ganas de vomitar ahí mismo ocultandolo todo en una leve sonrisa.
“Disfruta mientras puedas, Robb Stark, para esta noche tus hijos habrán alimentado a mis bestias y tu dulce ciervo me habrá complacido.”
Aquel último pensamiento lo hizo sonreír de verdad.
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Amo escribir estas escenas en las que Robb y Lyanna comparten con sus hijos💕😊
