▶Lyanna Baratheon, hija de Robert y Cersei Lannister, hermana mayor del príncipe Joffrey, es separada de su familia por órdenes de su padre, el Rey.
Robert desea que su hija sea casada con el primogénito de su mejor amigo y compañero de guerra Eddar...
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—Mi Lady, ayer escuché todo. —murmuro Lyra mientras le trenzaba el cabello a Lyanna.
Desde luego Lyanna abrió los ojos y las mejillas se le pusieron coloradas provocando las risas de su dama de compañía.
—Me siento sumamente avergonzada, no debí…— Lyra le puso una mano en el hombro haciéndola callar.
—No debió ¿Qué? Mi Lady ¿Intimar con su esposo? ¡Con ayuda de los Siete quizás usted esperé un heredero! El Rey en el Norte necesita uno. —le animó provocando el efecto contrario.
Lyanna jamás podría darle un heredero a Robb, estaba maldita, no servía como dama, como lady, como esposa.
—¿Dije algo que le molestará, mi Lady? —cuestiono la castaña preocupada.
—No, Lyra es solo que he guardado este secreto a muchas personas a las que amo y no puedo fingir por más tiempo que no me duele o importa. —tomó la mano de su dama de compañía quien comprensiva la miró dispuesta a escucharla.
—Puede confiar en mí, lady Lyanna. Así fue como Lyanna se abrió ante Lyra Payne, le dijo incluso la razón por la que había vuelto y no pudo evitar soltar algunas lagrimas al relatarle la perdida de su pequeño lobo.
Por primera vez desde que su tío Tyrion, Sansa y Arya se habían ido se sentía apoyada.
—Gracias por escucharme. Creerás que son problemas de la realeza y yo debería consolarte a ti, Lyra. Tu pasaste por algo terrible y yo…—se disculpó Lyanna mientras secaba sus mejillas con un pañuelo.
Lyra sonrió con los ojos húmedos.
—Ya me había ocurrido, mi lady. Lord Lannister me salvó de haber sido preñada, fui raptada por unos salvajes que llegaron a Lannisport y me usaron tanto como les placía, estuve a punto de desfallecer hasta que su abuelo me salvó. —contó secando sus lágrimas con rapidez.
—Lo siento tanto, Lyra. —Lyanna se levanto y la abrazó mostrándole su apoyo.
—No se disculpe, mi lady, gracias a su abuelo estoy bien y gracias a usted esos malditos murieron, se lo agradezco y recuerde siempre le seré fiel.
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