▶Lyanna Baratheon, hija de Robert y Cersei Lannister, hermana mayor del príncipe Joffrey, es separada de su familia por órdenes de su padre, el Rey.
Robert desea que su hija sea casada con el primogénito de su mejor amigo y compañero de guerra Eddar...
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—No confío en Ramsey Bolton. —soltó Lyanna mientras veía a sus bebés juntos, durmiendo.
Robb se hallaba a su lado y dejo de ver a las adoraciones de sus ojos, sus pequeños Eddard y Robert por fin juntos, sanos y salvos.
—Es un tipo extraño pero trajo a Eddard devuelta y la cabeza de quién nos lo arrebató. —siseó intentando que la ira no arruinara el momento de felicidad.
—Sus ojos… me ve como si quisiera desnudarme, no disimula ni un poco que me desea. —se quejó asqueada.
—Lo sé, yo también lo noté pero no se puede ejecutar a un lord por ver con deseo a su reina, para mí pesar. —susurro Robb con una sonrisa amarga.
Lyanna miró a su amado lobo, quién no despegaba la vista de Eddard y Robert, parecía sin duda un dulce sueño. Todos juntos. Su familia unida. Después de tantas pérdidas y dolor Robb se sentía feliz.
Sin embargo Lyanna no podía quitarse de la mente esa mirada gris de hielo y esa sonrisa perturbadora, entonces recordó al maestre Cailin hablando de los gustos enfermizos de Ramsey Bolton y sus miedos no hicieron más que aumentar.
—Robb, recuerda lo que dijo el maestre Cailin acerca de Ramsey Bolton, por favor. —continuó, sacando de sus casillas a Robb.
—Lo que dijo un mentiroso no es suficiente testimonio para ejecutar a un hombre, además el maestre Cailin traiciono a Roose Bolton culpandolo de todo y por eso perdió la cabeza, ¿No crees que Cailin buscaba que desconfiaramos de nuestro abanderado para que no supiéramos la verdad? —cuestiono Robb irritado.
—Robb, tu le cortaste la cabeza al padre de Ramsey, si al hombre que traicionó a su padre le cortó la cabeza y lo torturó con sus perros ¿Qué te espera a ti que blandiste la espada que le quitó la vida a su padre y lo hizo morir como traidor? ¿Qué me espera a mi que te convencí de semejante atrocidad? ¡No podemos confiar en él! —espeto Lyanna intentando tomar del brazo a su esposo para hacerlo entrar en razón. —¡Robb escúchame…!
—¡No Lyanna! ¡Basta! Todas las ejecuciones han sido porque te he escuchado en primer lugar, ¿No podemos disfrutar este momento solo un poco? Tengo muchos problemas que enfrentar, ¡He ganado cada batalla y aún así pierdo la guerra! Y cada vez me convenzo que es por haberte escuchado. —grito Robb soltándose del amarre de Lyanna con brusquedad, los gritos despertaron a los bebés que comenzaron a llorar, Lyanna tomó a Eddard y Robb a Robert. —Lyanna, por favor, iremos a las Gemelas y Ramsey Bolton nos acompañará, se sentará en nuestra mesa en la boda de mi tío Edmure y la hija de Walder Frey, como agradecimiento por habernos traído a Eddard, sano y salvo y no se hablará más del tema. ¿Entendido?
En ese momento su amado lobo le recordó a su abuelo aquella vez que le obligó a mentir por la familia, al final había cedido ante el amor y no ante el deber.
Asintió por compromiso y continuó arrullando a su bebé mientras Robb hacia lo mismo.
Lyanna seguía convencida de que Ramsey Bolton era peligroso pero si Robb no confiaba en ella, no le culpaba, a fin de cuentas gracias a ella Robb jamás pudo concretar su arreglo matrimonial con los Frey y las desventuras continuaban para el joven lobo, quién también había renunciado por amor al deber.
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