NARRADOR
Habían pasado algunos días desde que Diego se estaba quedando en casa de la joven pareja. El motivo de su espontánea visita era fácil; la Universidad a la que asistiría Temo tenía una gran oferta educativa en la Facultad de Ciencias de la Comunicación por lo que el chico habría decidido hacer un recorrido por sus instalaciones para tomar la decisión sobre si estudiaría ahí.
No había sido sencillo para Aristóteles asimilar la presencia del ojiverde, aunque Temo hacia su mayor esfuerzo por tratar de hacerlos amigos siempre terminaban discutiendo a la menor provocación. Aquella mañana no fue la excepción.
Diego se había levantado lo más temprano posible, aquel sería el día en que iría a conocer el campus de la escuela y posiblemente tomaría una importante decisión. Se bañó, peinó y eligió con mayor emoción su ropa, nadie sabía por que desde hace algunos días se sentía tan emocionado por verse presentable, tal vez sería por sentirse cómodo consigo mismo o para llamar la atención. Incluso Aristóteles lo había notado y le parecía sospechoso, hubiera pensado meses atrás que lo hacía para seducir a su novio pero incluso el sabía que el chico no sería capaz de tales artimañas. Sólo Diego sabía lo que sentía y por que actuaba así, el caso es que desde que llegó a la ciudad una persona le había llamado la atención y al conocerlo mejor sentía una gran conexión con el.
Después de tomarse un rato para arreglarse se dió cuenta que tenía mucho tiempo de sobra así que sin pensarlo demasiado se dirigió a la cocina, tomó un poco de harina, huevos y mantequilla y preparó el desayuno
-¿Qué es lo qué huele tan bien?- preguntó Temo que salía de la habitación medio adormilado pero que gracias al aroma de la comida había sido seducido como una serpiente ante el sonido de una flauta
-Preparo el desayuno... Hot cakes y tocino, los llamo "Hot cakes a la Ortega"- Respondió Diego mientras servía el desayuno en platos
-Pues suena y huele delicioso- Temo se sentó y procedió a probar
-Tahi ¿Qué hay de desayunar?- Preguntó el rizado que caminaba con lentitud hasta el comedor
-Diego preparó el desayuno... está buenísimo por cierto- dijo Temo mientras devoraba los trozos de tocino que quedaban en el plato
-Ah- Aristóteles se sentó a lado de su novio y como por impulso tomo a su novio de la cintura y le propinó un gran beso como en señal de "marcar territorio" cosa que el castaño no notó pues siguió comiendo
-Cocinas muy bien, de ahora en adelante te llamaré "chepcito" como en esa película donde cocina un ratón- Proclamó Temo mientras brindaba con jugo de naranja
-No se si me alaga que me compares con un ratón... lo tomaré pero me ofende muchisimo- bromeó Diego. Temo rió
-Amor ¿Por qué no te sientas a comer?
-No, no gracias me-mejor voy a pasear a Niko- respondió el rizado
-Recuerda que saldré con Diego y Emiliano para acompañarlo dar el paseo por la escuela- le recordó Cuauhtémoc
-Si, bueno adiós- Aristóteles salió a toda prisa del departamento. Se había propuesto no discutir más con Diego por el bien de su novio pero cada vez que el chico sacaba algún talento de quien sabe dónde, le hervía la sangre de celos al darse cuenta que no poseía algo que impresionara a Temo. Estaba decidido, tendría que hacer algo para asombrar a su novio.
TEMO
Después de que Aristóteles saliera de manera exageradamente rápida del departamento Diego y yo nos encaminamos hacia la Universidad donde Emiliano ya nos esperaba en la entrada. Noté de reojo como Diego se ponía más nervioso a medida que llegábamos hasta donde se encontraba Emi.
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TE AMO: Con todos los colores
FanfictionAristotéles y Temo llegan a Ciudad de México con el propósito se crecer juntos y ayudarse mutuamente aunque tendran que pasar una serie de aventuras para amarse.