Capítulo 14: Nuevas experiencias

354 25 19
                                    

NARRADOR

Era una tranquila mañana de domingo. Aris y Temo descansaban en el sofá mientras terminaban de ver la serie que desde hace semanas los mantenía al borde del asiento. El rizado le hacía caricias en el cabello y su novio se acurrucaba en su pecho, esto era ya una posición que ambos habían adoptado como la más cómoda y les parecía placentero el contacto que ambos compartían.

-Tahi, ¿Sabes qué tiene Diego?- preguntó preocupado Cuauhtémoc

-No lo sé, ayer llegó muy triste y se encerró en su cuarto. No ha querido salir en todo el día

-¿Crees que tenga algo que ver con Emi?

-Sin duda. Le pregunté por el y dijo que no quería saber nada- respondió pensativo Aris

-Creo que es hora de hablar con el- Dijo Temo mientras se dirigía a la habitación de Diego.

Del otro lado se encontraba un ojiverde depresivo acostado en su cama, la noche no le había sentado bien, tenía los ojos irritados y la palidez de su rostro reflejaba su desvelo. La puerta de su cuarto sonó, no tenía ánimo alguno para hablar con alguien y sólo guardo silencio.

Al no recibir respuesta alguna de su amigo, Temo tomó la iniciativa y entró en su cuarto sólo para encontrarse una escena depresiva en la que Diego era el protagonista

-Diego ¿Qué tienes?- preguntó preocupado

-Temo...- El chico vio a su amigo mientras tenía los ojos cristalizados. Las palabras no salían fácilmente y se quedaban estancadas en la punta de la lengua debido al nudo en la garganta.

El castaño atinó a darle un abrazo mientras el otro sorbía su nariz.

Una rubia apareció en escena, se sentó en la cama y acompañó a ambos chicos

-¿Es por Emiliano verdad?- cuestionó Yolo. Diego asintió lentamente-¡Okay! Pues entonces... Get up!- Tomó al ojiverde y lo jaló hacía arriba

-No quiero- protestó Diego

-Let's go! Diego- Insistió la rubia

-Jajaja cómo Dora- bromeó Temo. Yolo y Diego lo voltearon a ver- Bueno mejor me voy. Diego... si necesitas algo aquí voy a estar- Anunció mientras se retiraba de la habitación cerrando lentamente la puerta

-Levantate Diego, a mal de amores se necesita algo más que estar dormido todo el día

-¿Y a donde me quieres llevar?

-Un lugar donde podrás sacar tu instinto diva- Yolo se veía entusiasmada con la idea de guardar el misterio para la noche mientras Diego se preguntaba la locura que estaba planeando su amiga

TEMO

Después de que Yolo se llevará casi a rastras a Diego de la casa, Aris y yo decidimos descansar el resto del día viendo un poco de tv, una película romántica que Aris extrañamente se había empeñado en ver (estoy casi seguro que era por el actor que salía pero me aguanté los celos) y ahora una mantita y un plato de palomitas eras nuestra única compañía en la casa.

La película resultaba ser mejor de lo que pensé. Estaba casi terminando cuando los protagonistas se besan en medio de una sala ya de ancianos y se declaran amor eterno. Cuando aparecieron los créditos en la pantalla dirigí mi vista hasta llegar al rostro de Aris que tenía algunas lágrimas rodando por sus mejillas

-Amor, ¿Estás bien?- pregunté preocupado. Enseguida se seco las lágrimas

-Si-si todo bien, es que me conmovió la historia- Eran contadas las ocasiones en las que Aristóteles lograbá darme ternura y está era una de ellas. Tome su manita y la besé con delicadeza, me vio con aquellos ojos que tantas veces he leído dónde me dice "te quiero" sin necesidad de pronunciar ni un sólo sonido

TE AMO: Con todos los coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora