TE AMO: Con todos los colores

Capítulo 27: Girasoles

ARISTÓTELES

Emiliano

Ya está todo listo

11:51 pm

Observe mi teléfono por última vez, estaba convencido de lo que iba a hacer. Mire de reojo a Temo que dormía plácidamente y deposite un beso en su frente para después retirarme cautelosamente de la habitación de hotel. Apenas los primeros rayos de sol se asomaban por la ventana y ya sabía que tenía varias cosas que preparar. Hoy sería un día muy fructífero.

TEMO

Y de pronto ahí me encontraba, un lugar oscuro y desolado sin un solo rastro de humanidad, me sentía desesperado y lleno de temor... solo, completamente desamparado y confundido

-¡Ari, mi amor! ¿Dónde estás?- gritaba desesperado pero ninguna respuesta surgía de ninguna parte, solo mis sollozos rompían con el espeluznante y sepulcral silencio.

De pronto la poca luz que lograba haber en aquel lugar misterioso se había ido y me había quedado en la penumbra sin entender lo que había pasado

-¡Temo!- alcance a escuchar, podía reconocer el sonido, eran las voces de las personas que amaba llamándome desesperadas.

"lo siento, hicimos lo que pudimos", "te vamos a extrañar", "murió tan joven", "Perdóname, por mi culpa estas así, yo debería de estar ahí y no tú"

Varias voces que hablaban en una conversación siniestra donde mis amigos y mi familia eran protagonistas sin entender el contexto. De pronto me sentía mareado y desorientado como si ya ni supiera ni quien soy

-¡TEMO, MI AMOR... NO CIERRES LOS OJOS, NO ME DEJES!- podía escuchar la voz de Aristóteles llamándome con la voz quebrada y por más que luchaba por responder algo sentía como me iba desvaneciendo como si todas las fuerzas de mi cuerpo me abandonaran.

-¡Aristóteles!- grite bañado en sudor. Abrí los ojos y para mi alivio contemple que tan solo había sido una pesadilla. La satisfacción no me duro mucho tiempo cuando me percate que Aristóteles no se encontraba en la cama.

Me pare alarmado en busca de su paradero, busque por todos los rincones de la habitación, sin embargo fue inútil, Ari no se encontraba ahí. Estaba a punto de enloquecer cuando salto a mi vista una nota cuidadosamente doblada sobre la mesita de noche, era de Aristóteles...

Temo:

Te preguntaras por que no estoy en estos momentos junto a ti. Tengo una gran razón para ello pero antes de que te molestes solo puedo decir que al final del día todo esto tendrá sentido, no puedo darte más detalles pero te pido un favor, sigue las siguientes instrucciones...

1. Para cuando despiertes probablemente serán algo así como las 10 am. Desayuna y has las cosas que normalmente haces al despertar

2. Bajo la cama se encuentra una bolsa, ponte lo que hay adentro

3. Te espero a las 4 pm en la basílica

PD: Te amo y te espero.

Con amor Aristóteles

-¿Qué estarás tramando Aristóteles?- pregunte para mis adentros

Revise bajo la cama y efectivamente ahí se encontraba una bolsa plástica, la abrí y sonreí cuando saque el contenido. Una camiseta amarilla y unos jeans azules estaban en su interior, podía escuchar en mi cabeza su voz diciendo "el que de amarillo se viste en su belleza confía". Sonreí pícaro, ese recuerdo me había dado una idea.