Capítulo 20: El triste destino

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TEMO

La mañana resultó fría a pesar de ser primavera. La cama se sentía vacía y la habitación extrañamente oscura. Tarde un rato en comprender que el ambiente nada tenía que ver con el clima o con la tenue luz que salía por la ventana sino la ausencia de Aristóteles lo que le daba un aspecto depresivo. Aristóteles no había llevado a dormir, lo comprobé cuando examine cada rincón del departamento sin éxito alguno.

-¡Hello Tami! Good morning- saludo alegremente Yolo

-Hola- salude sin ganas

-¿Qué tienes Temo?- preguntó Diego

-Aristóteles no ha llegado desde ayer- Explique

-¿Pelearon verdad?- Cuestionó Yolo

-Sí

-¿Y eso por qué? Ustedes casi nunca pelean

-Lo sé Diego, pero es que está vez fueron celos

-Y no los provocamos ni yo ni Diego, eso si está grave- comentó Yolo, Diego le dio un leve pisotón

-¡Auch! Me dolió

-Temo, seguro es una tontería

-Es que Aristóteles se puso celoso de Mateo y la verdad no se de donde saca que le gusto- Yolo y Diego se vieron mutuamente con una mirada misteriosa

-¡Ay Tami!

-¿Qué Yolanda?- pregunté irritado

-¿Cómo qué que? Pues es obvio que le gustas, te come con la mirada, hasta es incómodo algunas veces

-Confirmo- Dijo Diego

-Eso no es verdad

-Temo... ¿Te gusta?- Me preguntó

Diego

-¡No! Admito que es atractivo pero no es mi tipo, yo amo a Aristóteles- Confesé con algunas lágrimas

-¡Calm down Temo!- Exclamó Yolo

-Estoy molesto, ni siquiera vino anoche para hablar del problema, ahora debe de estar por ahí vagando y yo aquí preocupado

-Temo, tranquilo, suenas como su mamá- me dijo Diego

-Diego tiene razón ¡Let's go Temo! Hoy es su gran día, tienen que ir a presentar su trabajo y ni se te ocurra decir que no vas por que tarde una eternidad en encontrar un vestido que no me hiciera ver gorda- Me animo Yolo

-Yolo, estás embarazada... todo te hace ver gorda- Respondió Diego. Está vez fui yo el que le di un pisotón

-¡Auch!- se quejó

-Tiene 4 meses de embarazo, ¿En serio quieres probar que tan sensible se pone?- le susurré discretamente aunque fue algo tarde por que un leve quejido de Yolo salió en señal de ofensa ante el comentario de Diego

-Yo mejor me voy a arreglar- concluí

ARISTÓTELES

-Señor Aristóteles Córcega ¿Acepta a Cuauhtémoc López como marido para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?- preguntó el sacerdote

-Esperen ¡Yo me opongo!- Gritó una voz familiar al fondo de la Iglesia

-¿Mateo? ¿Tú qué haces aquí en mi sueño?- pregunté irritado

-Ni que necesitará tu autorización para entrar en tus sueños, son tan corrientes que cualquiera entra- respondió burlón el rubio

-Bueno ya dejen de discutir que ya mero te tienes que despertar y de aquí no salgo soltero- interrumpió Temo

TE AMO: Con todos los coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora