Capítulo 18: Siempre

291 20 0
                                    

YOLO

Desde mucho tiempo atrás había tenido la certeza de que no quería tener hijos, mi madre no era el mejor ejemplo de lo que una mamá debía hacer. Entre todas las cosas que quizá me disgustaban más de ella era su decisión de dejarnos a mi familia y a mi a nuestra suerte. Solía creer que al crecer sería como ella, que ese era mi destino sólo por llevar su sangre y debía aceptar el tener una vida llena de frivolidades como prioridad. Pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta que no era una mala persona, tal vez mi mamá no me había enseñado lo que debía saber de la vida pero eso no me convertía en alguien detestable, mis acciones si y sufrí mucho gracias a eso.

Al quedar embarazada y ver cómo una vez más me habían fallado al decirme que me querían tomé una decisión... haría hasta lo imposible por que mi hijo no sufriera lo mismo jamás, tener una mala madre no me iba a convertir en lo mismo.

Abrí los ojos lentamente, la luz pegaba en mis pupilas, un olor a medicina inundaba mi olfato. Fui consciente de que me encontraba en una habitación de hospital

-Yolo ¿Te sientes bien?- Preguntó Temo con preocupación

-Eso creo ¿Qué sucedió?- Cuestione pues en verdad desconocía lo que había ocurrido, lo último que recordaba era haber jugado con el perro y después sentir un dolor en el abdomen

-Me llamaste por que te dolía el vientre. Cuando llegamos al departamento estabas desmayada así que te trajimos al hospital- explicó de manera calmada

-¿Mi bebé está bien?- Pregunté angustiada

-El doctor dijo que en un momento nos informaria... tranquila, vas a estar bien.

NARRADOR

Los chicos esperaban en la sala de urgencias. El incidente de Yolo los había preocupado. En la sala se hacía un silencio insoportable, tan intenso que eran perfectamente audibles las manecillas del reloj que colgaba en la pared. Cada quien inmerso en sus pensamientos, Aristóteles tomaba con fuerza la mano de su novio y Diego esperaba impaciente las noticias del médico.

Emiliano entró con paso firme pero lento, Temo le había llamado para informarle de lo sucedido y éste no había dudado en acudir para ofrecer su ayuda. El ojiverde se percató de su presencia casi inmediatamente, contuvo una sonrisa agridulce y agachó el rostro.

-Emi, que bueno que estas aquí- Dijo Aristóteles

-Es lo menos que podía hacer, Yolo también es mi amiga- Respondió. En la sala sólo quedaba un asiento... El que se encontraba junto a Diego, el chico pensó por un instante en quedarse de pie pero supuso que eso haría las cosas más incómodas. Tomó la silla recubierta con cuero sintético y gastadas patas de madera y se dispuso a sentarse.

-¿Familiares o amigos de Yolotl Rey?- Preguntó un hombre en bata

-Somos nosotros- Respondió Aristóteles

-¿Cómo está doctor?- Cuestionó Diego con preocupación

-Yolotl está bien pero es una madre muy joven, su embarazo es de alto riesgo y necesitará mucho reposo- Anunció el médico. En seguida la preocupación de los rostros de los chicos disminuyó y un suspiro sonoro inundó la sala.

***

-Bueno y ¿Qué tal todo en la escuela?- preguntó Emiliano que se había quedado con Diego en la sala mientras Temo y Aris salían a comer

-Bien creo, mucho trabajo para mi proyecto final- Respondió el ojiverde con un hilo de incomodidad

-¿Qué tal tu amiguito... Alex?- Cuestionó el chico fingiendo ingenuidad en su pregunta aunque por dentro moría de celos. Diego que no era nada tonto decidió seguir su juego

-Muy bien, es una persona maravillosa, muy simpático e inteligente. Hacemos mucho click en nuestras ideas, podría decirse que es... cómo mi otra mitad- Sonrió de oreja a oreja mientras dejaba escapar un suspiro intencional.

Emiliano decidió que era suficiente

-Diego yo tengo que decirte algo

-¿Qué cosa?- Cuestionó Diego al ver que Emi no seguía su juego

-Mira es que yo y Eduardo...

-El doctor dijo que nos podemos llevar a Yolo- Anunció Temo que volvía de la cafetería

-¿Qué hacen ahí parados? Tenemos que ir por ella- Dijo Aristóteles.

En efecto, la confesión de Emiliano tendría que esperar.

TEMO

-Ya podemos irnos a casa, el médico dijo que ya estabas mejor pero necesitarás mucho reposo- Le anuncié a Yolo

-Finally, it was time!- celebró

-No vuelvas a asustarnos así- le reprendió Aris

-Sorry, no era mi intención asustarlos... ¿No le llamaron a mi padre o si?- Los 3 chicos voltearon a verse mutuamente intentando suavizar sus palabras

-Es tu papá Yolo, tenía que enterarse- Respondí después de unos instantes

-Oh my God! ¿Qué dijo?- Preguntó asustada

-Quería venir a la ciudad, Temo lo convenció a que primero supiéramos bien como estabas y si todo salía bien tú misma le ibas a informar- Dijo Aristóteles temiendo la reacción de la rubia

-Oh no, pero es que...

-Mejor hay que esperar a que regresamos a casa y después lo llamas- Dije tranquilizandola, a lo que ella aceptó

ARISTÓTELES

-Amor...- Le dije mientras acariciaba su cabello

-¿Qué pasa?

-Tú ¿Nunca me engañarias o si?- pregunté sin ningún tacto

-Aristóteles ¿Por qué preguntas eso?- Respondió molesto

-No, nada sólo que a veces me da miedo que dejes de quererme- explique de manera calmada

-Aris... yo jamás te haría daño, lo sabes, además no se si te habías dado cuenta pero llevó como un año enamorando de ti y no creo que eso cambie por la presencia de alguien más

-¿En serio?

-No sé lo que suceda en el futuro pero si te aseguro algo... No creía en el amor a primera vista. Tú me hiciste creer y me has hecho vivir tanta a cosas que dejarte por alguien más me parecería atentar contra mi mismo- Respondió mientras me tomaba de la mano

-Te amo... ya te lo he dicho un millón de veces pero sin importar cuantas veces lo haga sigue teniendo la misma intensidad, incluso más por que cada día encuentro algo más que amo de ti- Confesé mientras dejaba escapar un par de lágrimas

-Yo te amo más por que tú con cada parte de tu existencia, con mirarme y sonreír me revives. Siempre al final del día sólo espero llegar a casa para verte y sigo sin creer que es lo que hice para merecer a alguien tan maravilloso como tú

-Tahi, tú siempre has sido mucho mejor que yo y aún así decidiste quererme, supongo que viste en mi algo que yo sigo sin descubrir

-Tal vez por que son un millón de cosas que amo de ti, jamás podrás entender lo mucho que te amo pero si quiero que sepas que esto que siento es más fuerte que cualquier cosa... aquí estaré siempre

-Siempre es una palabra muy fuerte

-Igual que lo que siento por ti- Lo tomé de la cintura y le di un beso en la frente primero, por que un beso en la frente es esa promesa silenciosa de que estaré a su lado siempre aunque ya no seamos nada y luego deposite otro beso en sus labios por que tenía esa necesitada de sentir su aliento una vez más contra mi rostro. Y entonces lo supe, pasarán muchas cosas pero si de algo estoy seguro es que su compañía era lo único que necesitaba para ser feliz.

NOTA DEL AUTOR: El día de hoy tenemos un capítulo corto pero con mucho cariño. Prepárense por que estamos en la recta final de la primera parte de esta historia.

TE AMO: Con todos los coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora