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Ya pasó mucho tiempo... Mucho tiempo desde que no he vuelto a escuchar ninguna señal que indique que Skiurlaub siga afuera acechándome. Me incorporo lentamente. Me siendo más recuperado en cuanto a condición del agotamiento que me provocó toda la persecución que tuve hace unos momentos, aunque mis músculos están todavía más entumidos que antes.

Camino hasta la entrada y me asomo un poco para comprobar que efectivamente no haya peligro. Nada... Todo se ve tranquilo desde aquí. Lentamente, aún un poco inseguro, avanzo entre todo el desastre de piedras regadas por todas partes, algunas de ellas con profundas marcas de garras. Vaya... Skiurlaub realmente trató de entrar ahí por mí... Y estuvo a punto de lograr demoler todas las piedras que le impedían el paso. Es un milagro que se haya cansado antes de haberlo logrado.

Llego finalmente al final de la cueva. Antes de salir, me asomo a los lados para terminar de comprobar que no se haya ocultado por ahí a esperarme a que saliera. Pero no se ve nada. Todo es silencio; es la profunda calma que viene siempre después de un momento de tempestad. Ya no está aquí, eso es seguro. Pero, ¿a dónde fue? No escucho ni si quiera sonidos de destrucción a lo lejos. Si sigue desquitándose, está muy lejos, tanto como para no alcanzar a oír sus enormes agresiones en medio del silencio. Aunque, idealmente, regresó a seguir durmiendo al lugar donde siempre acostumbra estar cuando está tranquilo, sin sentir la necesidad de alterar el orden de las cosas que perturban su constante serenidad. Ante la duda, siento el pendiente de ir a comprobar que así sea. Me inquieta la idea de volver a ir a donde esté, pero me inquieta aún más saber que podría estar en cualquier otro lugar donde no debería, y en algún momento verlo aparecer inesperadamente, aún queriendo atacar, deseoso de venganza... No tendría por qué, pero me inquieta pensar que pueda ser así... Maldición. Creo que mejor iré a comprobar que haya vuelto a dormir. No me acercaré mucho, sólo veré de lejos que esté ahí...

Vuelvo a encaminarme hacia la parte de la frontera entre la luz y la oscuridad donde lo encontré antes de haberlo hecho enojar. No sé qué tan lejos quede eso, pero al menos estoy seguro de que llegaré siguiendo mi camino en línea recta: la cueva de la que acabo de salir ya estaba frente a la frontera.

Camino durante varios minutos. Todo a mi alrededor es silencioso.  El único sonido que se percibe es el de mis pisadas, y ligeras ráfagas de viento. Y, aún así, siento la necesidad de estar volteando a todos lados, todavía con el temor de volver a toparme con Skiurlaub.

Finalmente, llego a ese lugar. Siento satisfacción al verlo ahí, dormido, como debe de ser. Aunque al lado veo a alguien que me inquieta. Es Dialixer. Está atándolo otra vez a las cadenas que rompió, que sin embargo ya no se ven rotas, aprovechando que está dormido, tranquilo... Seguramente ya lleva aquí más tiempo para haber podido arreglarlas.

Se ve serio. Eventualmente, voltea a verme, percatándose de que estoy ahí. Aunque inmediatamente después vuelve a concentrarse en amarrar las cadenas de Skiurlaub. Maldición, debe estar enojado conmigo. Normalmente me iría de aquí antes de tener que soportar la pena de escuchar sus sermones diciéndome todo lo que hago mal. Supongo que esta vez no lo hago porque en verdad me siento culpable en esta ocasión, reconozco completamente que lo que hice estuvo mal, y de alguna manera siento una cierta responsabilidad de ayudar a arreglar el desastre que pude haber causado. Además, estoy muy cansado como para seguir caminando. Permanezco ahí, viendo a Dialixer a unos metros de distancia.

En cuanto termina de atar a Skiurlaub a sus cadenas, se acerca a mí. Ahí viene el regaño... Me voy mentalizando. Esta vez sí lo merezco.

-Estuvo muy bien lo que hiciste para corregir tu error. -Me dice, aún acercándose, mientras me ve.

Me sorprende un poco lo que dice y el tono con el que lo hace.

-Te concientizaste de tus acciones -continúa -y, por primera vez en todo el tiempo que llevamos hablando, te vi aprender de tu error en vez de negarlo. Y no, no te estaba "espiando", como dices tú... Pero hay muchas evidencias que me llevan a saber lo que pasó. Para empezar, ¿a quién más, además de ti, se le hubiera ocurrido hacer semejante cosa? Aunque he de admitir que llegó un momento en el que el sonido estruendoso de los golpes y rocas rompiéndose que empecé a escuchar desde lejos inevitablemente me hizo venir a ver qué estaba pasando. Pero llegué justo poco antes de que Skiurlaub se tranquilizara y decidiera alejarse de aquella cueva, dentro de la cual, ¿a quién más estaría tratando de atrapar tan insistentemente sino al único que se me venía a la mente que se le ocurrió provocarlo? He de decirte que fue muy sabio de tu parte haber recurrido a lo que hiciste. Pensaste en las consecuencias antes de actuar esta vez. Eso es aprender de la experiencia.

La Esencia de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora