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Ashtabai y yo quedamos de vernos otra vez en un punto cercano al río de los recuerdos. Me encuentro caminando hacia allá, con calma, disfrutando de la vista y todos los sonidos de la naturaleza en mi camino.

De repente, entre todos esos sonidos, escucho unas ramas sonar, provenientes de un arbusto al lado de donde estoy, como si alguien las hubiera pisado. Me detengo. Inmediato a eso no escucho nada más fuera de lo normal, pero en poco tiempo vuelvo a escuchar movimiento, cómo se agitan los arbustos a mi alrededor.

Me intriga, pero no me altera. En el fondo, ese sonido se me hace familiar...

Avanzo un poco más, lentamente, mirando a mi alrededor. Entonces, me encuentro de frente con el lobo negro de tan conocida mirada de ojos rojos. Sonrío. Me alegra verlo después de tanto tiempo de no haberlo visto. Él sólo permanece estático, clavándome su penetrante mirada.

Después comienza a acercarse a mí, lentamente. Cuando llega más cerca, comienza su metamorfosis para finalmente dejar ver a Haadok. Mi sonrisa resalta.

-¡Haadok! ¡Hace un buen que no te veía! ¿Cómo estás?

-No...

Su seriedad me saca de onda. ¿Cuál es el problema? Mi sonrisa se va desdibujando lentamente.

-No he tenido ganas de salir. No desde que Saizka tiene un motivo para hacerlo... Últimamente ha habido mucho más flujo de energía luminosa, pero ya no ha habido flujo de energía oscura. Mis caminatas pasaron poco a poco a ser innecesarias, y dejé de tener tanto la necesidad como las ganas de salir de mi cueva. Mientras Saizka tenía cada vez más motivación para dejar de ser tan tímida y reanudar sus recorridos, yo veía cómo toda esa energía oscura que antes con tanto entusiasmo repartía, se iba. Y así, poco a poco fui perdiendo todo lo que tenía. Me he sentido muy vacío, sin propósito. Solía tenerlo todo. Y ahora no tengo nada... -Aparta la mirada para ver hacia el suelo. -Y todo eso... Todo eso comenzó a pasar desde que tú te la pasas de este lado, del lado luminoso, haciendo acciones que lo favorecen.

Voltea su intimidante mirada hacia mí, sin subir la cabeza.

-¿Me estás echando la culpa a mí? -Le respondo, tranquilo. -Todas esas acciones han sido necesarias. Han sido parte de los cambios que requería experimentar para darme cuenta de muchas cosas que estaba haciendo mal, para abrirme los ojos, para ver más allá de mí mismo y dejar de pensar que sólo lo que yo pienso importa, que sólo yo tengo la razón; han sido necesarios para entender que todos somos uno, y que el ego es el peor enemigo de la colectividad; y, al mismo tiempo, el peor enemigo del arte de pensar. Más allá de mí mismo, todo lo que he estado haciendo diferente, que ha implicado cuidar más de la energía que fluye de este lado, ha sido necesario para regresarle a este lugar el equilibrio, el balance que debería tener para poder funcionar, antes de tener que llegar a la necesidad de que Skiurlaub despierte para generar el caos y reacomodarlo todo. De ninguna manera va contra ti... Al contrario. Era necesario decrecer un poco el flujo de la energía oscura para nivelar la luminosa. Pero todo en busca de un balance. Todo, precisamente para que ambas energías puedan seguir fluyendo de manera equilibrada. A Saizka le tocó sufrir la contraparte durante una gran parte de su vida, y ahora te tocó a ti. Todo es constante cambio. Es la mejor manera de llegar a ese balance.

Haadok hace repentinamente un movimiento brusco. Gruñe. Se mueve de un lado a otro, mostrando evidente coraje, tratando de que la ira no se apodere más de él de lo que ya lo hizo. Lo miro, y aunque por dentro me sobresalto un poco, conservo la calma.

-¿¡Es que no estás viendo lo que pasa?! -Me exclama de frente, levantando la voz. -¡Mi vida solía ser perfecta! Solía tener el poder, hacer lo que me placía la gana, y aún así salir ganando... Siempre salía ganando. La energía aquí fluía a mi favor. Era como si fuera el dueño de todo. Pero desde que tú... Desde que tú te pusiste a hacer estas cosas todo eso se ha ido. Ya no me queda nada. Vivo resignado a verme como en algún momento veía a mi hermana, cada vez peor. ¿Esperas que me calme así?

La Esencia de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora