Me encuentro, una vez más, ya transcurrido un poco más de tiempo, recogiendo hojas secas de la orilla de la parte del río donde Dialixer siempre me manda a recogerlas. Pero esta vez ayudándome no está él; él no tengo idea de a dónde haya ido. El que me está ayudando en esta ocasión a recoger hojas es Marduk. Últimamente, ha venido más seguido, cada vez más. A veces a ayudarnos con ciertas labores, y otras simplemente a platicar. Su escondite para librarse de Joriv en un inicio fue en la casa de Dialixer, pero a estas alturas creo que ya más bien es su vivienda.
Seguimos trabajando, sin platicar. Entonces, de reojo veo que hay una silueta estática, simplemente parada. Al parecer me está viendo. Volteo. A quien veo ahí sin duda no me lo esperaba: Joriv. Primero me sobresalto. Se me hace un hueco en el estómago cuando lo veo y me paro más erguido. Aunque después ese temor que me causó esa primera impresión va desvaneciéndose poco a poco. Ya no lo veo tan imponente como antes. Aunque la cara de pocos amigos la sigue teniendo. Creo que es posible que yo deba estar preocupado porque ya vio a Marduk. Pero, por algún motivo, me siento con bastante confianza de que no podrá llevárselo ni hacerle daño, a pesar de que es un tipo mucho más alto y fuerte que yo.
Cuando lo acababa de ver esperaba que se acercara rápidamente hacia nosotros para decirnos de cosas, o que tratara de llevarse a Marduk; o incluso atacarnos. Pero veo que simplemente nos mira, sin moverse. Como decía, ya no lo percibo tan imponente como solía hacerlo.
Está solo, en medio de un montón de maleza luminiscente. Lo único que puedo pensar ahora, es que ya se le hizo lo que tanto exclamaba. Ahora, está viviendo en su soledad, como él mismo presumía que las "grandes mentes", las personas "intelectuales", están condenadas a vivir así toda su vida.
Me mira fijamente, al igual que yo a él. Permanecemos así durante varios segundos, sin hacer nada más. Pero su mirada ya no me causa temor, ni lo veo como una persona superior. Lo miro como un igual, como alguien con tantos errores como yo.
Marduk sigue trabajando. Aunque Joriv ya lo vio, trato de cuidar que Marduk no voltee para allá, para evitar que se altere.
Eventualmente, transcurrido un tiempo, Joriv se marcha, lentamente, dándome la espalda y continuando su camino, al igual que yo continúo trabajando.
Después de un rato voy terminando de recoger las hojas, metiendo en los contenedores las últimas que quedan. Entonces, a lo lejos vuelvo a percibir movimiento, entre los árboles. Volteo. Esta vez proviene de otra cosa: un lobo blanco de ojos azules.
Se acerca a mí, y mientras se va acercando, va pasando a tomar la forma humana de Saizka. Sonrío al verla, como forma de saludo. Me corresponde el gesto.
-Hola Julian. -Dice, con voz suave.
-Hola, Saizka.
-¿Cómo estás?
-Pues aquí... Trabajando desde hace unas horas. Me alegro de ya haber terminado porque necesito un descanso.
-Trabajando duro, eh. -Reitera.
-Así es.
Hace un pequeño silencio para mirar a su alrededor. Entonces, nota la presencia de Marduk.
-Y veo que Marduk está contigo.
-Sí, hoy me ayudó mucho con las hojas. Con eso de que no tengo idea de dónde esté Dialixer...
-Sí, me enteré de lo de Marduk...
Volteo a verlo. -¡Por cierto amigo, puedes descansar! -Le grito.
Marduk sonríe, deja sus cosas y se va. Vuelvo a dirigirme a Saizka. Se ríe un poco.
-Me alegro mucho... Por los dos. Pero especialmente por ti, de que estés haciendo todo esto. Has cambiado mucho desde que llegaste. De primera instancia, me da mucho gusto que hayas tomado la decisión de no seguir tratando de ganarte el "honor" con Joriv, al igual que haberme enterado hace poco de que Marduk pudo acudir a ti, y que hayas aceptado ayudarlo. Verlos a los dos trabajando juntos aquí me hace sonreír. En general, todas tus acciones últimamente me han causado ese efecto; me ha hecho sentir muy bien verte progresar de esa manera. Observar ese comportamiento en ti incluso me ha motivado a salir más seguido, a dar caminatas por todo el bosque con más frecuencia; en general, ver todo eso ha aumentado también mi confianza, la confianza que había estado perdiendo desde hace una parte de mi vida. Porque, aunque no lo veas, estás contribuyendo a todo. Desde que empezaste a hacer estas cosas, he sentido cómo la energía blanca se ha estabilizado con respecto a la negra. He sentido cómo el balance poco a poco vuelve a hacerse presente, después de que la energía oscura había empezado a apoderarse más desproporcionadamente del funcionamiento de todo. Eso fue lo que causó que se estropeara el monolito de energía... El motivo de mi visita el día de hoy, no es otro que agradecerte por todo eso que estás haciendo. Porque, como dije, no sólo contribuyes a que yo me sienta mejor, sino también a equilibrarlo todo. Esa, aunque no lo creas, es una tarea que en realidad sólo tú puedes hacer. Aunque aún no lo comprendas, ni sepas bien cómo llegaste, la verdad es que tu llegada era necesaria para reestabilizar el equilibrio; eres el único que puede hacerlo de esta manera. Los demás aquí, sólo seguimos nuestros roles, y los respetamos. Pero al final, somos una consecuencia tuya. Es por eso que estás aquí, si te lo sigues preguntando.

ESTÁS LEYENDO
La Esencia de la Vida
SpiritualUna familia que me quiere mucho, con buen nivel económico, la oportunidad de estudiar en las mejores escuelas del país donde vivo, y muchos amigos. ¿Qué más podía pedir? La estabilidad rodeaba todos los aspectos de mi vida. Estaba acostumbrado a que...