Me despierto. Ashtabai y yo estábamos durmiendo juntos en su pequeña chozita hecha de algo parecido al bambú, como la de Dialixer, encima de una especie de tapete acolchonado, sobre el piso. Pero, conforme voy desadormilándome, me doy cuenta de que ya no está a mi lado. Me incorporo. Doy un vistazo alrededor de la pequeña choza, pero no hay rastro de que haya alguien más por ahí. Todo es silencio...
Entonces, entre todo lo que observo a mi alrededor, veo que, al lado de donde duermo, donde dejé la carta que le escribí a Sam, se encuentra ahora otro pergamino enrollado, uno que no estaba ahí antes.
Lo miro con curiosidad, cuestionándome qué pueda ser antes de acercarme a verlo, aunque también intuyendo su procedencia.
Finalmente, me acerco y lo tomo. Me percato de que en el listón rojo que lo mantiene enrollado, está escrito algo en letras color celeste luminiscente: "es para ti, Julian". Esa letra definitivamente es de Ashtabai. Supongo que debería abrirlo y leer qué me escribió, si es que hay algo escrito adentro. Pero la intriga me tiene con él entre mis manos, sin desenrollarlo.
Finalmente, aunque algo inseguro, le quito el listón y extiendo el pergamino. Efectivamente, hay varias palabras escritas con esa misma letra de lo que está en el listón, aunque en realidad el contenido es algo breve. Comienzo a leerla, con curiosidad:
Julian.
No tienes idea de cuánto me alegra ver hasta dónde has llegado. Desde que te conocí hasta tu punto actual has mostrado un gran progreso en tu persona, y con ello también has traído un gran progreso a lo que tú llamas "este lugar". Y junto con todas esas cosas a las que has ayudado con tus acciones, he de decir que yo también formo parte de ellas. Por ello te quiero decir gracias.
Contigo he pasado momentos inigualables; esta última parte de mi vida ha sido para mí la mejor, y estoy muy segura de que tú eres el único que pudiste haberme dado ese privilegio.
Sin embargo, como te había dicho antes, todas las relaciones son de dos personas, no solo de una. Por mi parte, puedo decir que yo ya cumplí con lo que tenía que hacer para terminar mi ciclo en el mundo material. Pero tú todavía tienes un camino por delante en él. Tu propósito desde que llegaste aquí, es buscar la forma de regresar, y no sería virtuoso de mi parte si decidiera quedarme.
Me siento muy bien por haber podido ayudarte en ese proceso, y por haber estado contigo. Pero es momento de seguir. No me estoy despidiendo, yo siempre seré contigo, y con todo lo que veas a tu alrededor. Porque no eres tú, ni soy yo; somos nosotros.
Te amo, Julian...
Al final de la carta se encuentra un garabato bastante extraño, al lado del cual está entre paréntesis escrito su nombre: Ashtabai.
Termino de leer. Instintivamente, aviento el pergamino hacia un lado y me levanto de un brinco para salir disparado a buscarla.
Corro, desesperado, sudando, por todos lados, gritando su nombre con la voz cortada, agitado. Pero no la encuentro. No puedo encontrarla. ¡Maldición! ¡Al menos necesito que me explique por qué rayos me escribió eso! ¿¡Qué diablos quiere decir?! O al menos... Que me lo diga en persona... Si eso es cierto, quiero por lo menos abrazarla una vez más...
No sé cuánto tiempo llevo corriendo, ni sé ya por dónde voy. Solo corro, abriéndome paso entre todas las hojas, las cuales intensifican su luminiscencia al tocarlas, de igual forma que el suelo tras el paso de mis rápidas pisadas.
De repente, después de tanto estar corriendo, tras haber empujado las hojas de una de las plantas, me topo con una explanada libre de árboles, o de cualquier otro tipo de vegetación. Lo único que hay son rocas, tierra, y un poco de pasto, que a pesar de seguir brillando se ve algo seco. Me detengo, respirando agitado. Se me hace familiar, se me hace familiar...
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La Esencia de la Vida
DuchoweUna familia que me quiere mucho, con buen nivel económico, la oportunidad de estudiar en las mejores escuelas del país donde vivo, y muchos amigos. ¿Qué más podía pedir? La estabilidad rodeaba todos los aspectos de mi vida. Estaba acostumbrado a que...