Ya pasó un tiempo desde la partida de Ashtabai. Fuera de eso, mi vida ha seguido el curso que ha llevado desde antes, con las diferencias que implica que no está ella. Y, a pesar de que sí la extraño, no me derrumbo por su ausencia: acepto el hecho tal y como es. La verdad es que me sorprendo a mí mismo. Creo que, de todos, éste es sin duda de los progresos más importantes que he hecho. Y más tomando en cuenta lo difícil que me eran los cambios, especialmente cuando iban contra lo que me hubiera gustado que fuera.
Es increíble la paz que siento conmigo mismo desde que dejé de empeñarme por forzar y retener las cosas, por andar de necio con que siempre fueran a mi modo. Aunque suene un poco estúpido, me he dado cuenta de que la mejor manera de cumplir nuestros propósitos es dejando de verlos como tal. Es así como las cosas comienzan a pasar por sí solas.
La extraño, y si volviera a verla seguro me emocionaría mucho, de eso estoy seguro. Pero también acepto las cosas como son, las dejo ser. Logré incluso desprenderme de todo lo material que me recordaba a ella, lo cual también lo veo como un mérito tratándose de mí. Lo único que sigo conservando es la gema que se formó de los destellantes polvos que se desprendieron tras ella y llegaron hasta mí, pero esa la guardo porque sé que aún necesito tenerla. Necesito conseguir las 7...
7... ¿Cuántas llevo? Hace mucho que perdí la cuenta. Me he ocupado tanto por hacer mi vida aquí que dejé de enfocarme en ellas al punto de pasarlas a segundo plano.
Saco de mi bolsillo todas las gemas que llevo acumuladas para contarlas. Uno, dos, tres... Demonios... Ya tengo las 7... Vuelvo a contar un par de veces para asegurarme de que no haya contado más. No me equivoqué. Están la verde esmeralda, que conseguí hablando con Dialixer en su casa; la morada, que conseguí aquella vez que Ashtabai y yo hicimos el amor; la azul, que perdí quien sabe cuántas veces pero terminé consiguiéndola de nuevo; la que es negro con blanco, que obtuve en la cueva en la que me oculté de Skiurlaub; la transparente con brillos incrustados, que conseguí después de una de esas lecciones raras de Dialixer que sigo sin entender, y que probablemente nunca lo haré; la naranja, que conseguí en aquel memorable momento cuando decidí que no quería que se repitiera en mi vida la escena de Iván; y mi favorita, la que cambia de color de acuerdo a la luz entre tonalidades celestes, azul marino y blancas, la que conseguí tras la partida de Ashtabai, gracias a la cual me percaté de que ya tengo las dichosas 7 gemas de la virtud.
Sí, ya tengo las 7 gemas, a pesar de todas las veces que se me desintegraron algunas que incluso jamás recuperé... Ya puedo volver...
Me quedo atónito, sorprendido, paralizado. Por una parte, siento emoción y satisfacción al darme cuenta de que al fin lo logré. Pero, por otra, la incertidumbre no me hace sentir mas que miedo. ¿Será posible? ¿En verdad ya tengo mi pase para volver? Pero si ya me he acostumbrado tanto a la vida aquí... Puede que me cueste trabajo re-adaptarme a mi vida anterior. ¿Y qué si lo que realmente quiero ya no es regresar? No lo creo... Siento en mi corazón el deseo de seguir adelante, hacia donde tengo que ir. Además, pienso en mis amigos, y sé que los extraño. Sobre todo, quiero disculparme por todas las estupideces que hice, por todos los errores que cometí; demostrarles que ya soy prácticamente una persona nueva. Pero, ¿y si nada de esto es como lo esperé? ¿Y si a donde llego no es a mi vida pasada, sino que me transporto a otra dimensión más, también completamente diferente? ¿Y si en realidad siempre estuve muerto, y lo único que haré será reencarnar en otro cuerpo, olvidándome de todo lo que tengo como recuerdo hasta el momento? Es el miedo a lo desconocido lo que me invade... La inseguridad hacia el futuro. Pero sé lo que debo hacer. Ya hice lo que me tocaba hacer aquí, y como dijo Ashtabai, es mi momento de trascender, de cambiar de forma. Aún no me la creo. Después de todo lo que pasé, parece ser que al fin puedo volver...
Los demás deben saber esto. Pero honestamente me da cierto miedo que Dialixer sea el primero que se entere. Decido acudir con Haadok y Saizka para darles la noticia.

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La Esencia de la Vida
SpiritualUna familia que me quiere mucho, con buen nivel económico, la oportunidad de estudiar en las mejores escuelas del país donde vivo, y muchos amigos. ¿Qué más podía pedir? La estabilidad rodeaba todos los aspectos de mi vida. Estaba acostumbrado a que...