Corina Herrera, conocida como una mujer mediterránea alegre e independiente, es la mujer del prestigioso inspector de policía Leónidas Cron. Un joven matrimonio, perdidamente enamorado, con toda una vida por delante.
Aquella noche se apagó la luz de...
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Abro mis ojos despacio, adaptándome poco a poco a la luz natural que atraviesa los cristales de la gran ventana frente a mi cama. Pestañeo varias veces mientras bostezo y me siento en el cómodo colchón cubierto por una colcha de color rosa fuerte. Muevo mis dedos índices por la fina y limpia colcha. Suspiro. He podido descansar, pero todavía siento como algo pesado presiona mi cabeza con fuerza. Impulso mi cabeza hacia atrás y la llevo hacia los lados para estirarme con mis ojos cerrados. Miro con más atención la habitación al final del pasillo que me han dado. Las paredes blancas, el suelo de parket marrón claro, las increíbles vistas de una playa lejana,...todo es hermoso lo mire por donde lo mire. Está muy amueblada y eso la hace acogedora. ¡Me encanta!
Escucho el sonido procedente de mi teléfono móvil. Giro mi cabeza poco a poco como si acabara de escuchar algo terrorífico. El aparato descansa en la cabecera también marrón mientras se está cargando. Me quedo quieta. Vuelvo ha escuchar la melodía dulce. Me tumbo y cojo el teléfono.
Mamá (23 llamadas perdidas) ¡¿No piensas contestarme?! Exijo que vuelvas de inmediato a España,¿cómo se te ocurre marcharte así sin más?
Se me había olvidado por completo. No quiero responderle ahora, no estoy preparada. Miro la pantalla negra unos segundos hasta que reacciono y me levanto de la cama. Salgo a la pequeña y blanca terraza de la habitación para respirar aire...cálido. Odio el calor, hace demasiado y mi pijama de manga larga, incluidos los calcetines largos,están empezando a estorbarme. Dejo que los rayos del sol me acaricien dulcemente mientras cierro mis ojos. Después voy a ver todo negro, seguro.
Levanto mis párpados al escuchar un ruido proveniente de abajo,del jardín donde el color verde y pequeños colores vivos abundan. Me encuentro con la mirada más profunda y hermosa que he visto nunca. Sus ojos azules me ignotizan, como la primera vez que nuestras miradas se cruzaron y no se separaron por voluntad propia. Jen, es él. Me incomodo repentinamente al recordar la escena de la noche anterior. Siento un poco de incomodidad y rechazo,pero también intriga, quiero saber si sabe algo que pudo llevarme a todo lo ocurrido. No quiero acercarme mucho a él, pero quiero averiguar el porqué de su reacción de ayer. Fue demasiado impactante.
En un abrir y cerrar de ojos ya no está, a desaparecido. Lo busco con la mirada, pero no, parece como si las amapolas se lo hubiesen comido. Suspiro cansada.
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Bajo las centrales escaleras observando todo con una perspectiva mucho mejor. La luz natural hace que todo brille, que todo se vea mejor. Viene a mi mente aquella mirada cargada de misterio y penumbrias que hace que quiera alejarme, pero la curiosidad cada vez es más fuerte. Llevaba puesto el mismo traje negro que la noche pasada, pero su expresión era fría, distante. Borro cualquier cosa que tenga que ver con él. Tengo que seguir con mi objetivo, saber que narices me pasó.
