Capítulo XVII

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LO SIENTO, PERO TÚ TE FUISTE PRIMERO

LO SIENTO, PERO TÚ TE FUISTE PRIMERO

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La repentina voz femenina hace que miremos a las puertas de la entrada. Una mujer joven, con un vestido rojo corto y elegante, y de cabellos largos negros como el carbón, se deja ver en ella. Mi expresión cambia a una sorprendida. No la había visto hasta ahora. Tengo curiosidad por saber quién es. Sus facciones finas y relajadas la hacen ver tranquila. Sus voluminosos cabellos oscuros están sujetos en un elegante recogido. Toda ella irradia pura belleza y elegancia. Sonrío sin ser consciente. Su presencia me ha hecho sentir, sorprendentemente, bien.

-¿Cariño?-vuelve a repetir, buscando con la mirada en el hall hasta posar sus ojos marrón oscuro en los de Jen. Una sonrisa se forma en sus labios-Aquí estás-camina, sin percatarse de la presencia de Leonidas. Su absoluta concentración está únicamente en Jen. Muevo mi cabeza para verlo. Sus ojos azules como el mar observan a la mujer con nerviosismo. Miro hacia abajo al no sentir los brazos de Leo en mis piernas. Levanto mi vista al escuchar sus rápidos pasos. Lo veo correr con cuidado hacia Leonidas ya que lo ha llamado. Me acerco a ellos al ver la dura expresión de León. Le pregunto con la mirada que ocurre, por que se siente de esa manera, cuando sus ojos marrón claro están en mi. Niega repetidas veces. Me muestra una sonrisa tensa y me indica con su mano libre, ya que la otra abraza al pequeño Leo, que me acerque hasta él. No lo dudo y camino hasta encontrarme a uno de sus lados. Es muy extraño todo esto. Coloca su brazo en mi cintura y me atrae hacia su costado con un poco de fuerza.
-Vámonos-murmura mientras mira directamente el hueco de la entrada. Sus facciones endurecidas me confirman que algo no va nada bien. Coloco mi mano en su espalda para tener una postura más cómoda y comenzamos a andar.

Nos detenemos con brusquedad al escuchar la voz femenina de la desconocida mujer llamarnos. Nuestras miradas conectan con brusquedad. Sus ojos oscuros nos miran con entusiasmo.
-Hola, perdonarme por no presentarme como es debido. Mi nombre es Rubí, encantada de conoceros-extiende una de sus manos hacia nosotros. Soy la primera en estrechársela para devolverle el amistoso saludo con una sonrisa.
-Lo mismo digo-hablo mientras ensancho mi sonrisa. Noto la tensión que desprende León. También estrecha su mano. Me sorprendo al ver cómo Leo también le devuelve el saludo con una tímida sonrisa. Que educado y espabilado es para su corta edad. Lo miro con una sonrisa de aprobación y orgullo que no pasa desapercibida para la extraña mujer de una notable belleza.Escucho los pasos pesados de Jen acercarse hacia nosotros. Levanto mi mirada para verlo. Su expresión seria consigue poco a poco camuflar sus verdaderos sentimientos, incomodidad y pesar.
_Soy la prometida de este hombretón de aquí_habla, rompiendo el silencio, señalando la figura imponente de Jen. Tanto Leo como yo miramos a la mujer realmente sorprendidos mientras que Leonidas adopta una expresión de molestia que trata de disimular y Jen parece tan incómodo e irritado por no haber podido anunciar él la noticia.
_Leo vete con Ágata_la repentina autoritaria voz de León hace que lo mire confundida. El pequeño lo obedece sin rechistar y sale del hall incómodo. La respiración pesada de León hace que lo mire sin comprender porque le molesta que su hermano, milagrosamente, haya encontrado el amor. Porque, sinceramente, con el carácter que me ha permitido ver, era realmente imposible que alguien pudiera soportarlo más allá de lo profesional. Evita mi mirada. Su agarre en mi cintura se vuelve más posesivo. Me atrae hacia el de una forma protectora. Trato de ocultar mi repentina molestia.  No pienso jugar al juego de las adivinanzas para que me digan que esta pasando aquí, pero enseguida recuerdo que la mujer de cabellos como el carbón, Rubí, se encuentra con nosotros.
_Muchas felicidades_ la felicito con una amplia sonrisa, acercándome a ella para abrazarla de una forma amistosa mientras cierro mis ojos levemente al hacerlo. Las miradas sorprendidas de ambos hombres me dejan confusa. Es como si no esperaran esa reacción en mí.
_Muchísimas gracias corazón _la dulce voz de Rubí hace que la mire, aliviandome al instante,mientras coge mis dos manos para mecerlas entre las suyas con ternura_Eres Corina, ¿verdad?_
Asiento con una amplia sonrisa en forma de respuesta.
_Es un gusto al fin conocerte, he escuchado mucho sobre ti_ríe con elegancia al finalizar. Suspiro, esta mujer es encantadora.
_¿Enserio? Espero que haya sido para bien todo_río al igual, mostrando mi blanca dentadura.
_Oh si, no te preocupes por eso. Las mejores palabras_
_Felicidades_la voz de Leónidas interrumpe nuestra pequeña y alegre charla. Es increíble lo bien que hemos congeniado y con tanta rapidez que me sorprende. Ambas lo miramos con una sonrisa.
_Muchas gracias,Leónidas, ¿cierto? El hermano pequeño de este hombre gruñón _vuelve a reír, contagiándome.
Asiente en modo de respuesta. Siento la necesidad de mirar a Jen y al hacerlo, noto su mirada curiosa y pensativa en mi, analizándome con cuidado de no equivocarse en nada. Al sentir el fino tacto de la mano de León, rompo conexion con Jen para mirarlo.
_Tenemos que irnos_me susurra cerca de mi oreja. Asiento con una leve sonrisa.
_De verdad,me ha gustado conocerte. Nos vemos a la hora de la cena_me despido de ella con amabilidad y entusiasmo,los cuales ella recibe gustosa y me los devuelve con un pequeño y tímido abrazo. Tengo curiosidad por saber su cariñoso comportamiento hacia mí.

Camino sin prisa, con un León tenso a mi lado. Lo miro, su mirada está perdida en el suelo de mármol poco alumbrado por la escasa iluminación del pasillo cercano al jardín.
_León_lo llamo, captando su rápida atención_¿Estás bien?_le pregunto realmente preocupada por él. Mi pregunta lo deja sin palabras por unos segundos.
Abro mis ojos al sentir sus brazos envolverme en ellos con calidez y ternura. Le correspondo tras unos segundos de breve reflexión. Su actitud me tiene confundida,pero siento que este no es el momento indicado para preguntarle nada. Acaricio su ancha espalda con delicadeza, provocándole confort.
_Te quiero Corina, te quiero mucho_ el susurro de sus palabras llegan con velocidad y perfección a mis tímpanos. Me atrae más hacia él hasta tal punto de hundirme por completo.
_Yo también León, yo también _
El sonido tranquilo de nuestras respiraciones son lo único que se escuchan en el largo y estrecho pasillo. Mi pecho se infla de felicidad pura.

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MICA🌹
No tienes que caerle bien a todo el mundo.

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