Capítulo XXIX

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¿A DÓNDE?

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La alegre voz de Rubí baila en mis tímpanos con armonía y ligereza. Sus anécdotas de cuando vivió en España, durante su etapa como estudiante de universidad, me hace reír a más no poder. No sabía que era tan torpe y desastre, pero es cierto lo que dicen, todos tenemos un pasado oscuro. Le doy un golpecito en su hombro más cercano a mí, al descubierto ya que su fino vestido rojo no tiene mangas. Nos encontramos sentadas en una pequeña manta de pícnic en la hierba del inmenso jardín trasero. Apenas son las nueve de la mañana, por lo que una buena taza de café y un chocolate vienen muy bien al aire libre.
_No me lo puedo creer_hablo muy asombrda_Ahora eres todo lo contrario, de verdad. Desprendes elegancia por todos los poros de tu piel_ríe, dándole vueltas a su café con una pequeña cuchara.
_Tendrías que haberme visto_reflexiona_la vida te hace cambiar y menos mal que en mi caso fue para bien porque no sé que hubiese hecho_reímos de nuevo.
_En cambio tú_me señala con la cucharilla_Sé que siempre has sido tranquila y astuta_levanto una ceja, divertida por haber sabido eso de mí sin haberle contado yo nada.
_Ah, ¿enserio?_asiente dedicándome una sonrisa burlona_¿Y cómo? Si se puede saber, claro_bromeo. Me encanta escuchar el sonido que crea cuando ríe.
_Me lo ha dicho Jen_la sonrisa que tenía en mis labios se congela. Mis ojos viajan al líquido derretido marrón que contiene mi taza. Jen.
_Parece que llegó a conocerme mucho_hablo, captando su absoluta atención.
_Así es_asiento, un poco incómoda.
_¿Cómo vas con los preparativos de la boda?_pregunto, cambiando de tema drásticamente. Se queda quieta por unos segundos que considero algo largos.
_Todavía no he tenido tiempo de ponerme con ellos_suspira, sintiéndose de repente un poco agobiada_Con esto de que tengo que volver a España para resolver unos asuntos del trabajo...Estoy que no estoy en nada_asiento mentalmente.
_No te preocupes por eso ahora_me mira. Coloco mi mano encima de la suya para transmitirle mi apoyo_Cuando vuelvas te ayudaré en todo lo que pueda para que tu día sea el más bonito de tu vida_sonrío, consiguiendo que ella haga lo mismo.
_¿Me lo prometes?_pregunta,levantando su dedo meñique, como si de una niña se tratara.
_Por supuesto_levanto también el mío y lo acerco al suyo, entrelazánolos con fuerza.
_Te quiero tanto Cora_suspira_eres un angelito_río ante la comparación que acaba de hacerme.
_Y tú también lo eres, pero uno estresado_reímos_Anda_me levanto_Te ayudo a terminar de preparar tu maleta. Por cierto, parece que te vas por un mes y tan solo son por trece días _se levanta también.
_Siempre se me olvida algo y prefiero llevarlo todo por si acaso_comenzamos a caminar_Ya sabes_se encoge de hombros_a veces me da miedo volver atrás_ríe por último, quitándole importancia a lo que acaba de decir. Me uno a ella. Entrelazo mi brazo con el suyo y caminamos por la fresca hierba. En mi otra mano llevo mis sandalias. Me encanta sentir el tacto de la hierba, me transmite tanta paz.

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Formo una mueca al intentar cerrar la maleta, pero la cremallera no cede tan fácilmente. Creo que se ha excedido.
_Rubí_la llamo, ya que está metida en el baño interno de su habitación_¿De verdad necesitas todo esto? Creo que en cualquier momento podría explotar la maleta_asoma su cabeza por la entrada de este. Mira la bomba de relojería rosa que está sobre su cama, después a mí.
_Sí_vuelve a desaparecer. Suspiro con impaciencia. La maleta reventará en cualquier momento. Coloco una de mis rodillas en ella y vuelvo a probar suerte con la cremallera. Esta cede con mucha dificultad. Suspiro aliviada y cabreada por su terquedad. La próxima vez que la cierre ella, si es que habrá una próxima. Miro la puerta blanca con molestia.
_Ya está_ le informo, cruzándome de brazos. Vuelve a asomar su cabeza. Su cabello vuelve a estar sujeto en una coleta formal y su frente está libre de mechones rebeldes
_Perfecto, yo también lo estoy_ apaga la luz del baño y cierra la puerta. Ha optado por un conjunto cómodo, pero formal, ya que pasará largas horas en avión. Salimos de la anaranjada habitación. Esta vez ella arrastra su pesada y monstruosa maleta. Puedo llegar a escuchar sus jadeos silenciosos debido al enorme esfuerzo que está ejerciendo. Cabezota. Sonrío, sintiéndome victoriosa. Paro al estar al comienzo de las centrales escaleras. Me giro para poder verla mejor.
_¿Estás segura de que no quieres guardar un poco en otra maleta?_insisto.
_No, de verdad_mira su reloj de muñeca azul_Voy a llegar tarde como sigas bombardeándome con más preguntas que ya tienen respuesta_asiento sintiendo en mi paladar el sabor de la derrota. No me gusta. Bajo con ligereza por ellas, mientras que Rubí baja de lado, vigilando que su maleta no salga rodando por las escaleras y acabe por reventar del todo. Siento lástima por la cremallera.
_¡Rubí!_la aniñada voz de Leo retumba por todo el hall, consiguiendo que ambas miremos en la dirección de donde ha provenido. Consigue bajarla hasta llegar al suelo de mármol blanco. Suspira con pesadez, pero aliviada al haberlo conseguido.
_Pensé que se caería y yo iría con ella_murmura mientras estira su espalda_¡Leo!_alza su voz llenándose por arte de magia de energía. Ambos se abrazan con fuerza. Lo levanta del suelo y lo alza en sus brazos. Dan pequeñas vueltas sobre sí mismos mientras ríen. Coloco mis manos en el asa plateada de la maleta mientras los miro con ternura.
_Toma, la he hecho para ti_Leo le entrega un folio con una imagen impresa de una mariposa silvestre en él_La he hecho esta mañana_
_Muchísimas gracias pequeño granujilla, es preciosa_le confiesa mientras mira la fotografía con aprobación_Eres un magnífico fotógrafo_
_Como papá_sonríe al decirlo. Rubí asiente, dándole toda la razón.
_La llevaré conmigo a todas partes_la abraza al escucharla con amor.
_Cuídate mucho_
_No te preocupes por eso, lo haré_sonríe, ordenándole su fino flequillo castaño.
_Querida ¿Ya te vas?_la dulce y melodiosa voz de Scarlett de hace escuchar nada más llegar al hall. Su traje de dos piezas morado la hace ver espectacular. Se acerca a nosotros con pasos ágiles.
_Asi es, señora_Scarlett asiente, consiguiendo que se le marquen unas pequeñas marcas de edad que no la hacen ver para nada mal.
_Que tengas un buen viaje_
_Muchas gracias. Llamaré cuando me sea posible_baja a Leo de sus brazos ya que no puede soportar más su peso. El pequeño viene hacia mí, en busca de otros brazos con los que ser envuelto y eso hago, pero no lo alzo. Sus delgados brazos, cubiertos por un fino jersey blanco, rodean el comienzo de mis piernas, cubiertas por la fina tela de un vestido del mismo color.
_No te preocupes, cuando puedas. Aquí te esperaremos_sonríe con dulzura. Los cuatro comenzamos a caminar hasta llegar a las escaleras del porche, donde en frente se encuentra un monovolumen negro esperando. El conductor sale nada más vernos y coge las pertenencias de Rubí para introducirlas en el maletero. Antes de llegar a la puerta del pasajero, se gira por última vez para mirarnos.
_Os echaré de menos_confiesa, mostrándonos una triste sonrisa.
_Nosotros también_hablan Scarlett y Leo.
_Cuídate mucho_digo yo, mirándola de la misma forma en que ella lo hace_Te estaremos esperando_asiente, sabiendo que mis palabras son verdaderas. Se despide una última vez de nosotros con un movimiento de mano y se introduce en el automóvil con elegancia. Los tres movemos nuestras manos a modo de despedida al ver el elegante coche salir por la vaya negra de la mansión Cron.
_¿Volverá pronto?_pregunta Leo mirando a su abuela.
_Cuando menos te lo esperes ella estará de regreso_le sonríe con amor, extendiendo una de sus manos a la mejilla del pequeño para acariciársela.
_Nosotros también tenemos que irnos_habla, mirándome. Asiento, dándole a entender que ya se de sus planes para hoy.
_Espero que os lo paséis de maravilla y aprendáis mucho_
_Eso ni lo dudes_reímos, consiguiendo que Leo nos mire extrañado.

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_¡Cora!_la repentina voz de Jen consigue asustarme y hace que deje de subir las centrales escaleras. Me giro un poco para verlo en el final de estas, mirándome con emoción _Ya es hora de irnos_me quedo quieta, sin saber cómo reaccionar. Se me había olvidado por completo. Me giro totalmente hacia él y comienzo a bajar de nuevo las escaleras, sintiendo sus ojos, con brillo propio, en cada paso que doy. Llego hasta él.
_Tu dirás_me limito a decir, sonando un poco seca. No puedo esconder mis verdaderos sentimientos. Este no es el Jen que conozco, es un extraño. El verdadero no se comportaría con amabilidad y mucho menos querría verme.
_Vamos, nos espera un largo camino_señala la puerta doble de la casa. Coloca una mano en el medio de mi espalda, produciéndome al instante  múltiples escalofríos e incomodidad. Definitivamente este no es Jen. ¿Qué han hecho con él? No me fío, siento que en cualquier momento saldrá su verdadero yo. El mismo todoterreno con el que fuimos al camping nos espera junto a las escaleras del porche_Por favor_me abre la puerta del copiloto con elegancia. Antes de subir, lo miro, queriendo que nuestras miradas hagan contacto. Sus profundos ojos azules no me transmiten dolor, tristeza o rechazo, si no todo lo contrario, alegría, emoción y ternura. Asiento con una pequeña y tímida sonrisa. Quiero que esto acabe cuanto antes. Me siento y cierro la puerta por mí misma, evitando que él lo haga. Miro un momento la entrada de la mansión, no he visto a León desde que llegamos y eso me entristece y me molesta a la vez. Venir a recibirnos creo que no cuesta tanto o por lo menos una llamada. Suspiro, intentando aparcar mi enfado. Escucho el sonido de la puerta del conductor cerrarse tras Jen. El automóvil se balancea un poco por la fuerza que ha ejercido. Arranca el motor, pero antes me mira. Su sonrisa se ensancha, dejando ver sus perfectos dientes blancos. Sus ojos brillan y unas pequeñas marcas de expresión cerca de ellos y de su boca le dan un toque encantador. Una sonrisa, por mi parte, se hace ver también en mis labios de forma inconsciente.
_¿A dónde vamos?_ pregunto, sin poder dejar de ver sus enigmáticos ojos. Mira por un momento, avergonzado, al volante de color gris. Vuelve a mirarme de la misma forma que consigue desestabilizarme.
_Espero que puedas decírmelo tú_lo miro extrañada.
_No entiendo_confieso. Ríe, mirando al frente.
_Lo entenderás, confío en ti_

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MICA🌹

Muchos te odiarán, lo importante es que no te odies tú.

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