Corina Herrera, conocida como una mujer mediterránea alegre e independiente, es la mujer del prestigioso inspector de policía Leónidas Cron. Un joven matrimonio, perdidamente enamorado, con toda una vida por delante.
Aquella noche se apagó la luz de...
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(Recomiendo escuchar la melodía)
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El suave tacto de sus manos se hace notar en mi piel, quien nada más sentirla se eriza. Su tranquila y profunda respiración impacta en mi nuca, produciendo que todavía se me erice más la piel. El melodioso sonido que produce su risa consigue que sonría, con mis ojos puestos en el sol del atardecer. Me atrae más hacia su pecho, de espaldas. Su fresco aroma invade mis fosas nasales con dulzura. El cálido viento nos envuelve en un largo y amigable abrazo. Acerco mi cabeza hacia uno de sus hombros, aspirando su aroma sin cansarme. _Eres tan hermosa_su confesión hace que mi sonrisa se pronuncie más. Acerco una de sus manos a mis labios para besarla durante largos segundos. Envuelve mi mano con la otra libre que tenía. La acaricia y la atrae hacia nosotros_Te quiero_cierro mis ojos, grabando sus palabras en lo más profundo de mi ser. Yo también lo amo y no sabe cuánto. El primer día en que lo vi, sus ojos me cautivaron por completo. Su extremada atención hacia mí y aprecio consiguieron desarmarme. Escucho de nuevo su melodiosa voz, cerca de mi oído. Nos movemos, como si de un pequeño baile se tratase. Río ante su repentina ocurrencia y lo sigo. Sus manos se deslizan por mi abdomen hasta llegar más abajo de mi cintura. Mi corazón acelera sus latidos. Mi respiración también lo hace. Arqueo con suavidad mi espalda, acercandola por completo a su duro pecho. Su respiración también de acelera debido a nuestra absoluta cercanía. Siento sus labios en un lado de mi cuello, rozándolo. Tímido por su atrevimiento. Coloco mis manos en las suyas, todavía por debajo de mi cadera. _Yo también_hablo, sin romper el mágico momento, confesando mis sentimientos al fin. Siento como el agarre de sus manos se hace más fuerte, sin incomodarme. Se lo he dicho al fin...me he atrevido ha hacerlo. He dicho que lo quiero, que correspondo sus sentimientos. Le he quitado esa duda que tanto lo atormentaba en silencio_Te amo con todo mi ser_sus labios se posan en la fina piel de mi cuello para depositar un largo y casto beso en él, produciendome de nuevo un ligero cosquilleo. Cierro mis ojos en plena acción suya, grabando sus labios en mí. _No sabes cuánto he deseado escuchar esas palabras salir de tus labios_susurra, deslizando sus labios por mi piel hasta llegar a mi oreja. Coloca sus manos en mi estomago, abrazándome de nuevo con posesión y amor. Nos separamos con lentitud, siguiendo un paso de baile. Río, con mis ojos cerrados. Dejo de hacerlo al sentir sus gruesos labios sobre los míos, besándome sin ningún pudor. Harto de haber soñado tanto tiempo con este momento para que se hiciese realidad. Acerco mis manos a cada lado de su rostro para acercarlo más a mí. Sigo su apasionado y cálido beso a la perfección. Nuestros labios se compenetran sin ninguna dificultad. Nuestros movimientos no cesan y mi estomago se encoje, lleno de felicidad. _No puedo creer que al fin seas mía_susurra entre jadeos, separándose un poco de mis sedientos labios_No pienso perderte_ lo acerco más a mi, hasta eliminar cualquier espacio entre nosotros. Coloco mi mano en su pecho cubierto por la fina tela de su camisa azul clara para separarme con lentitud de él. Accede a regañadientes. Dejo de sonreír al ver unos ojos equivocados. _Jen_susurro confusa y asombrada. Sus profundos ojos azules me observan con detenimiento. Elimino el contacto de nuestras manos por completo. Un sentimiento de culpa me invade como si de un rayo se tratase. Siento como mis labios se secan, todavía sedientos de los suyos. No, no puedo sentir esto, no esta bien. El no es León, ¿cómo? _No_susurra al igual que yo. Mi confusión se hace más grande, ¿cómo que no?
Abro mis ojos alarmada. Me siento en el cómodo colchón de mi cama, sintiendo una enorme necesidad de respirar con regularidad. Acerco una de mis manos a mi frente sudorosa,mientras que la otra agarro mi camiseta de dormir gris, estrujándola con fuerza a pesar del temblor de esta. Miro la luz del amanecer entrar por el cristal de mi terraza con lentitud. Consigo calmarme y volver a respirar con normalidad. Todo está bien Cora, tranquila. Solo ha sido un mal sueño. Paso agua fría por mi cara para despejarme del todo. Coloco mis codos sobre el blanco y templado bidé de mi baño propio. Miro lo poco que puedo de la cañería de este, tras unas rejas. Suspiro, sintiéndome poco a poco mejor.
Tulipán.
Niego moviendo mi cabeza. Acerco mis manos a cada lado de mi cabeza,frustrada. No,no quiero volver a pasar por esto. Me niego, no quiero volver atrás y sufrir. Necesito salir de aquí, siento que me ahogo. Salgo de mi habitación,con el pijama todavía en mí. Corro por el largo pasillo y bajo las centrales escaleras hasta salir a la parte trasera del verdoso jardín. No aguanto más y rompo en llanto. Las abundantes lágrimas bajan por mis mejillas, enrojeciéndolas al instante. El aire comienza a faltarme de nuevo. Corro hasta llegar al final del jardín. Me agarró a la valla blanca con todas mis fuerzas. Me inclino un poco hacia adelante, incapaz de mantenerme correctamente en pie. Lloro sin parar. No quiero volver a recordar esas flores que por una extraña razón vienen a mi en los momentos menos señalados. No las entiendo, se me aparecen desde que desperté y ¡no las entiendo! He tratado de no hacerles caso, buscarles alguna estupida explicación , pero nada..siguen atormentandome sin compasión. Ahogo un pequeño grito, siento que ya no puedo respirar. _...no..._murmuro con dificultad, arrodillandome en el húmedo césped, mojandome las rodillas.
_Cora_me levanto asustada al escuchar una voz pronunciar mi nombre. Ahogo otro grito. No giro a ver de quien se trata, tan solo mantengo mis ojos cerrados, incapaz de enfrentarlo_Cora, ¿estás bien?_no puedo reconocer su voz. El tacto de sus manos en mis hombros hace que gire con brusquedad para enfrentarlo y alejarlo de mí. _¡No me toques!_grito fuera de mis cabales. Las lagrimas me impiden ver con claridad la rubia cabellera del hombre. _Cora, tranquila_levanta con suavidad sus manos_soy León, no voy ha hacerte daño_quito las lágrimas de mis ojos al escuchar su nombre, para asegurarme de que si es el. Lo abrazo con todas mis fuerzas, consolándome. No huele igual a él. Lloro desconsolada sobre su pecho. _Tranquila_susurra cerca de mi cabeza, pasando una de sus manos por mi espalda mientras que la otra me abraza_estoy aqui_entierro mi rostro en su pecho cubierto por su camiseta de manga corta de dormir. _¿Qué pasa?_otra voz masculina se hace escuchar a unos cuantos pasos de nosotros. León gira, llevándome con el, hacia dicha persona. Hace un gesto para que de marche. Me tomo el atrevimiento de levantar un poco mi cabeza para ver al hombre quien nos mira con preocupación.
