Capítulo 5

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James se había levantado alrededor de las nueve de la mañana. Afortunadamente era sábado, ninguno tenía que ir a la universidad. Miró desconcertado a los lados, creyendo que estaba en su habitación. Sintió peso sobre sus piernas y era Sunn, totalmente dormido. Abrió sus ojos sorprendido, aún estaba en casa de Steve. Se preguntaba si le habría molestado que se hubiera quedado dormido en su casa, pero incluso tenía una sábana encima, no creyó que eso fuera señal de molestia. Se sentó y miró al cachorro. Al acariciar su pelaje, este abrió sus ojos.

—Buenos días, Sunn. ¿Dormiste bien en mis piernas, amigo? —El labrador se levantó a darle lamidas en la cara a James, mientras este reía.— Ok, ok. Tomaré eso como un sí.

Se levantó a buscar a Steve. Miró alrededor y vio su habitación, no tenía la puerta cerrada ni nada por el estilo. Entró y vio que aún seguía dormido. Sonrió y se acercó para observarlo mejor. No tenía sus lentes puestos y así pudo apreciar bien su rostro. Algunos mechones cubrían su frente y parte de su mejilla. Bucky los movió y así pudo apreciar sus largas pestañas y lo perfecto que lucía ese ser humano dormido. Acarició su rostro y suspiró, sentándose en el suelo.

—Maldito seas, Rogers... Sé mi sugar daddy, por favor. —Susurra.

Miró sus labios; rosados, suaves y probablemente perfectos también. Se imaginó besándolos sin ningún control, pensando igual en otros usos que podría darle a esa bella boca. Estaba frustrado, el deseo de tener una buena cercanía con Rogers lo estaba matando.
Se levantó de su posición y besó la parte en donde empezaba su barba en su mejilla. Luego volvió con Sunn al sofá. Encendió la televisión mientras acariciaba el pelo del animal.

—¿Sabes? —Mira al perro hablando en voz baja.— Me encanta tu padre y mucho en verdad... pero ese va a ser un secreto entre nosotros, ¿eh? —El can lo miró y apoyó su cabeza en el hombro de James.— No, no. No vayas a decírselo, por favor. Sino todo será terrible. ¿Me lo prometes? —El perrito respondió lamiendo su mejilla, y Bucky solo rió.— Gracias, Sunn. ¿Quién es una cosita adorable, quién?~ Sí, tú. —Steve luego entró a la escena, viendo como James mimaba a su cachorro. Creyó que era un momento digno de admirar. Los miró unos minutos, recostado en el umbral de la puerta.

—Buenos días. —Llamó la atención de ambos y miraron hacia atrás. Bucky se apenó al recordar que había amanecido en su casa sin permiso.

—Buenos días...

—¿Dormiste bien? —Pregunta dirigiéndose a la cocina.

—Sí, respecto a eso... —Se quita la sábana y se levanta siguiéndolo.— En serio estoy apenado.

—¿Qué? ¿Por qué?

—¿Cómo que "por qué"? Me quedé dormido aquí sin tu permiso.

—Sí, pero está bien.

—No, no está bien, es tu casa. —Steve se volteó y se acercó a James.

—Escucha, si te digo que está bien, es porque lo está, ¿sí? Si fueras alguien más, te hubiera despertado anoche. Además, —enganchó uno de los mechonesde James en su oreja— tu compañía nunca me molesta. ¿Ok? Bucky casi sintió descompensarse, nunca lo había tenido tan cerca.

—O-Ok.

—Perfecto. —Sonríe para luego soltar su cabello y voltearse a la cocina.— ¿Quieres desayunar?

—Sí... —Responde aún algo fuera de su propio consciente.

[Dos meses después]

Bucky se encontraba en la planta baja terminando su cuota semanal de trabajo comunitario, pero necesitaba terminar de recoger los reportes de algunos profesores. Bajó a las oficinas y luego buscó los que necesitaba llevar. Mientras revisaba las cajas de documentos, Rogers entró.

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