𝐌𝐫. 𝐑𝐨𝐠𝐞𝐫𝐬

Capítulo 14

Steve puso uno de los brazos del castaño alrededor de su cuello para guiarlo a su casa. Entró con un poco de dificultad y caminó un poco más para dejarlo en el sofá.

—Steve...

—¿Qué pasa?

—No me siento bien...

—¿A qué te refieres?

—No lo sé, mi estómago me duele mucho... —El rubio se quedó pensando, pero luego se le ocurrió que podría estar por vomitar.

—Oh, demonios. —Lo llevó rápido al baño, pero Bucky empezaba a sentir arcadas.

—Steve-...

—No abras la boca, espera. —Al abrir la puerta del baño, acercó al castaño y efectivamente dejó salir todo lo que había tomado y comido. Steve solo desvió la mirada y acarició su espalda.— Tranquilo, bebé. Aquí estoy... —Miró su muñeca y vio que tenía una liga. Se la quitó y le ató el cabello para que no le estorbara. Cuando pareció terminar, el rubio le alcanzó un trozo de papel higiénico.— Ten, límpiate. —Bucky lo tomó y se limpió mientras tiraba de la cadena.— ¿Mejor?

—Mucho mejor, sí... —Se acercó para darle un beso al rubio, pero este se alejó, algo disgustado.

—Na-ah, lávate la boca primero. —Rió. El castaño hizo un puchero, triste.

—¿Que ya no me amas...? —Steve bufó incrédulo, mirándolo.

—Bucky, Bucky... Si no te amara, no estuviera aquí cuidándote, mi amor. —Dijo besándole su cabeza.

—Bueno...

—Igual dejaste tu cepillo de dientes aquí anoche. Ven. —Lo ayudó a levantarse y lo guió al lavabo. Bucky rió, aún algo embobado y tomó uno de los cepillos.— Espera, ese es el mío. —Niega divertido, tomando el del castaño y poniéndole el dentrífico, mojando un poco el cepillo.— Ten, ahora sí. —El castaño se lavó torpemente sus dientes y lengua, para luego enjuagarse. Steve le acercó una toalla y secó su boca, para después poder estamparle un beso.

—Quiero otro. —Dijo estirando sus labios y Steve rió, repitiendo el movimiento.

—Así si puedo besarte.

—Cárgame... —Extendió sus brazos y el rubio lo hizo, cargándolo como un koala para llevarlo a su cama.— Espera aquí.

El rubio fue a la cocina y preparó una bebida algo extraña, era más como un remedio para que se le bajara un poco el alcohol a James. Su mejor amigo se lo había enseñado cuando estaba en la universidad.

—Tómate eso.

—¿Más alcohol? —Ríe.

—Por supuesto que no. Es para que se te baje un poco y no amanezcas tan terrible mañana.

—Hm, ok. —Tomó el vaso y lo bebió, no era su sabor favorito. Lo bebió y devolvió el vaso.— ¿Qué mierda es eso?

—Es una combinación de algunas cosas, me sirvió de maravilla cuando me emborrachaba, a ti igual.

—Sabe muy raro...

—Sí, un poco, pero es realmente bueno. —Fue a dejar el vaso al fregadero y regresó con él. Se quitó sus zapatos y los de Bucky, al igual que ese sensual y ajustado pantalón que el castaño vestía.

—¿Lo haremos...?

—No, tonto. Debes descansar, estás muy mal. Quiero que estés cómodo.

—Tch, pensé que habías cambiado de opinión... —Hace un puchero, el rubio rodó sus ojos divertido. Luego se puso su pijama y apagó la luz.