𝐌𝐫. 𝐑𝐨𝐠𝐞𝐫𝐬

Capítulo 18

Bucky estaba en clases de mediodía, tenía sueño y hambre pero saber que estaba cabeceando, decidió pedir permiso para ir al baño. Fue bostezando a lavarse la cara, y salió aún algo dormido. Mirando distraído sus zapatos, caminaba hacia su clase de nuevo pero luego sintió como era empujado al baño otra vez.

—¡Steve...!

El rubio lo llevó a uno de los compartimentos y cerró la puerta. Vio que estaba nervioso y hacía sus usuales tics de ansiedad.

—Hey, ¿qué pasa? ¿Está todo bien? —Se acercó, acariciándole sus mejillas.

—Nos descubrieron.

—¿Q-Qué?

—Lo saben...

—¿Cómo...?

—Alguien tomó fotos y llegaron al consejo.

—No... —Bucky se sentía agobiado, no quería que despidieran al rubio.— ¿No hay algo que podamos hacer?

—Sí. Clint me dijo que podemos hablar con Tony.

—¿El tipo de Sistemas?

—Sí, él ya ha hecho trabajo sucio en el operador de la universidad. Nos cobrará por cubrir el secreto.

—Eso no importa, no quiero que vayan a despedirte. —Notó las ojeras que portaba.

—No pude dejar de pensar en eso anoche... Mi cabeza no dejaba de dar vueltas.

—¿Y por qué no me llamaste?

—No quería molestarte.

—Por enésima vez, cariño. Llámame si te sientes mal algún día. —Menciona abrazándolo fuerte y el rubio corresponde. No iba a decirle que la anoche anterior fue la peor que había tenido durante años.

—Lo siento.

—Está bien, solo deja de pensar en eso, ¿sí? Le pagaremos a Stark y él lo solucionará. —Steve lo miró y le sonrió.

—¿Por qué eres tan dulce?

—Oh... —Sonrió chocando su nariz con la de él.— Solo tú me haces querer ser dulce.

—Bucky...

Ambos se acercaron más y chocaron sus labios con el otro. El castaño recorrió sus manos por la espalda de Steve y él profundizó más el beso. Se quedaron allí, disfrutando del otro con sus besos.

—Te ves precioso... —Dijo el rubio bajando sus besos al cuello.

—¿Me veo bien? —Rió, algo coqueto.

—Siempre te ves bien... —Metió sus manos bajo la camisa del castaño y acarició con suavidad su abdomen.

—Steve, no ahora. Debo volver a clases...

—No necesariamente. Puedo firmarte un permiso.

—Pensé que era para cosas importantes...

—Esto es importante.

—Steve...

El rubio siguió besándolo sobre su camisa, mientras que Bucky acariciaba su cabello desacomodándolo. Después Steve la levantó y besó todo su pecho y abdomen mientras sus manos le quitaban el botón y cierre del jeans. Luego se puso en sus rodillas, sus manos apretaban con fuerza sus glúteos y su boca empezaba a besar su miembro sobre la tela.

—¿Quieres que te dé amor?

—Todo el que quieras darme... —Sonrió.

Bajó su ropa interior y empezó a besarlo y lamerlo con gran habilidad. El castaño jadeó suave al sentir su boca, mientras el rubio disfrutaba complacer esa parte de su amante. Bucky corría hacia atrás los mechones que caían en su frente. Muchas veces el castaño era quien hacía eso, pero cuando Steve se lo hacía a él, sentía casi tocar el cielo.