Capítulo 37

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El tiempo pasaba y Bucky cuidaba de Steve. Lo consentía trayéndole buena comida, sus cosas favoritas, cualquier pequeño detalle que hiciera su estadía algo mejor.

—Buck, ¿qué más has hecho además de trabajar? —Dijo mientras estaba en la caminadora, sosteniéndose de unas barras que estaban a los lados.

—Pues, estaba pensando en volver a tocar el piano. De niño lo hacía mucho, pero me gustaría retomarlo.

—Oh, suena muy bonito. ¿Eras bueno?

—Sí, estuve incluso en una orquesta sinfónica de niños. Fue muy divertido.

—¿Y no te hubiera gustado dedicarte a ello?

—Nah, sería aburrido. Prefiero otras cosas y dejar eso como un pasatiempo.

—Bueno, es una gran opción.

—Puede ser. ¿Qué quieres de cenar?

—Me siento apenado de que siempre gastes dinero así en mí. —Ríe.— Podré resistir la comida del hospital por hoy, tranquilo.

—Ya, Steve. —Rueda los ojos, divertido.— Dime que quieres de comer. ¿Pizza? ¿Hamburguesas? ¿Comida casera? No, ya lo sé... ¿Comida china? —Steve le sonrió, asintiendo.

—En serio me conoces bien.

—Por supuesto. —Después de un rato, Bucky lo ayudó a bajar tomándolo del brazo y sentándolo en una silla de ruedas para llevarlo a su habitación.

—Gracias.

—No es nada. —Sonríe.— ¿Qué quieres? ¿Arroz cantonés, chow mein...?

—El arroz suena bien.

—Está bien, ya te lo traeré. —Pronto llegan a la habitación y mientras Steve subía a su camilla, notó por primera vez su anillo de compromiso.

—¿Buck?

—¿Hm? —Dijo poniendo su silla a un lado.

—¿Vas a casarte? —El castaño suspiró. Sabía que no debía usar el anillo mientras estaba con Steve.

—Yo, eh... Bueno... Sí. —El rubio miró a otro lado, algo apenado. No sabía por qué no había visto su anillo antes, ya habían pasado dos meses de que Bucky cuidaba de él. Se sintió algo mal, ya que se sentía gravemente atraído por él, pero ahora le gustaba un hombre prácticamente casado, solo quedaban tres meses para la boda de él.

—¿Por qué nunca me lo dijiste?

—Creí que... no era muy importante.

—Hm...

—Te traeré la comida. Ya regreso, ¿sí?

—Está bien.

Bucky suspiró al salir. No sabía cómo decirle que eran más que mejores amigos, que en realidad no planeaba casarse.
Steve, por otro lado, se sintió desesperanzado. Creyó que Bucky era tan atento con él porque estaba interesado en sobrepasar el límite de mejores amigos, pero al parecer se engañaba a sí mismo.

—Bien, aquí está. Tengo un hambre horrible. —Dice abriendo su mochila luego de regresar.— Oh, pero espera. No traje refrescos, iré por algo al comedor.

—No tardes, tengo mucha hambre también. —Ríe.

—Sí, voy. —Sale pronto de la habitación una vez más. Steve miraba la mochila de Bucky, atreviéndose a sacar su caja de comida. Comió un bocado y pensó que era lo mejor que había probado en mucho tiempo, pero en eso un enfermero tocó la puerta y Steve guardó de nuevo la comida.

𝐌𝐫. 𝐑𝐨𝐠𝐞𝐫𝐬 Where stories live. Discover now