𝐌𝐫. 𝐑𝐨𝐠𝐞𝐫𝐬

Capítulo 6

Mientras todos iban saliendo, Bucky se acercó al escritorio de Rogers. Cuando ya solo quedaban ellos, Steve sacó el examen que había revisado antes y se lo entregó. James arrugó un poco su cara al ver un 6,3 de nota.

—¿Qué sucede?

—Eso deberías decírmelo tú. ¿No me estoy dando a explicar? ¿Tienes alguna duda, necesitas refuerzo? ¿Qué pasa?

—Pues, no lo sé...

—Buck, debes decirme algo. —Se levantó y se puso de pie en frente de él.— Sabes que si sigues con esas calificaciones, voy a tener que reprobarte y mandarte a ampliación.

—Lo sé, lo sé. —Dice con un tono de queja.

—¿Entonces? ¿Está todo bien?

—Sí, sí, tal vez solo... esté algo distraído.

—Distraído... —Alzó una ceja y se acercó un poco más. Bucky se hizo para atrás pero sus piernas chocaron en el escritorio. Se puso un poco nervioso cuando sintió la mano de Rogers sobre su mejilla.— ¿Y se puede saber la razón?

—N-No lo sé, solo... distraído. No hay mucha ciencia en eso.

—Ya veo. —Se acercó incluso más, dejando su rostro a muy escasos centímetros del castaño. Sus respiraciones ya se entremezclaban y a Bucky no le funcionaban sus neuronas. Rogers sacó a relucir su grave voz para seducir al chico.— Y dime, ¿soy causante de esa distracción?

—Yo... —Bucky solo miraba embobado los ojos claros de su profesor y lo dilatadas que estaban sus pupilas, incluso podría decir que se perdió un momento en el tiempo. Luego le dio una leve mirada a sus labios, que estaban peligrosamente cerca, y después regresa su mirada a sus ojos. A la mierda, pensó justo antes de cerrar sus ojos y acortar la distancia para unir sus labios con los del rubio, aquellos que tanto había deseado probar. Steve no puso ninguna clase de refreno, ¿cómo podría? Sí, no estaba correcto ahora por la relación que debían mantener, pero eso fue lo último que pensaron. El rubio bajó sus manos a la cintura de James, mientras que el castaño ponía sus manos en los fuertes brazos del contrario. Por mil demonios, esos brazos podían asesinar a alguien con gran facilidad. Bucky lo besaba agilidoso, quería probar absolutamente cada detalle de los labios de él. Luego de casi un minuto besándose, se detuvieron lento y Bucky lo miró.— Sí, eres mi jodida distracción, Rogers.

Steve sonrió y solo siguió besándolo sin problemas. Bucky cerró sus ojos y se deleitó con el sabor de los labios del mayor y Rogers poco a poco intensificaba el beso. En unos minutos, pasaron de un beso simple a uno más apasionado, casi como si quisieran comerse. Se detuvieron un momento y abrieron sus ojos, algo agitados. James dirigió su mirada de nuevo a los labios de Steve. Se acercó y le dio una suave y lenta lamida al inferior. El rubio lo miró y no dudó en repetir el movimiento en los labios contrarios. Pronto ambos lo convirtieron en un apasionado beso francés, mientras sus lenguas exploraban la boca ajena y sus cuerpos solo podían subir de temperatura. Las manos de Steve acariciaban con firmeza la cintura de James y Bucky ya lo tenía tomado del cuello para besarlo con más fuerza. Es obvio que ambos estaban alterados por el ambiente, pero Steve se detuvo, separándose un poco.

—Ya puedes irte. —Bucky frunció el ceño, molesto.

—En tu pueblo me iré de aquí. —Steve rió.

—¿Te quedarás? —Dijo caminando hacia la puerta de la clase, mientras se quitaba los botones de la camisa.— Porque si lo haces, hay consecuencias. —Cerró la puerta con seguro y se quitó la prenda, dejándola en el escritorio. Bucky mordió sus labios y puso sus manos en el marcado abdomen del mayor.

—Dame las consecuencias que quieras, ni loco voy a irme.

Steve lo levantó de sus piernas para sentarlo en el escritorio y quitarle su camisa. Puso sus manos en los muslos de James y siguieron con el beso en el que estaban, pero pronto Steve se separa y saca su lengua, lamiendo debajo de su mandíbula y llegando hasta su oreja, mordiéndola suave. Bucky se preguntó si en serio iban a tener sexo, pero se molestaría en verdad si la respuesta a esa pregunta fuera "no".
El rubio siguió, dejándole unos chupetones en su cuello, unos más visibles que otros. El menor sonreía y respiraba agitado, dejándose hacer mientras acariciaba el cabello de Steve. Luego sintió como el rubio metía su mano debajo de su pantalón, acariciándolo con algo de presión. El castaño estaba excitado, era como si una de sus fantasías sexuales estuviera siendo cumplida.