He perdonado tus ofensas,
he perdonado tus traiciones;
he callado ante tus palabras,
he sido esclavo de tus prisiones.
Tus maldades; las he perdonado mil veces.
Tu crueldad; me ha intoxicado mil veces;
yo; ¡te he amado mil veces!
Y vendrían otras mil ofensas
y otras mil y un traiciones;
diez mil trágicas pasiones,
y malditas emociones...
¡Y te perdonaría mil veces!
Porque tan solo el fulgor de tu sonrisa
purifica tan de prisa
la perversidad y la mentira
que salen de tu boca...
De tu boca;
que envenena y que suplicia,
que obsesiona y que idiotiza;
que devora y satisface a este tonto corazón...
con su malicia...
¡y aunque me matases mil veces;
mil veces te perdonaría...!