EL ÚLTIMO TÉRMINO

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Has llegado al último término (lo negro) de tu opacidad.

Y pretendes arrastrarme contigo, ser egoísta.

Los infiernos no se comparten.

Odio tu justicia flexible, tu flexible maldad.

Quiero... quiero purgarme de ti,

para expeler este veneno, y el hedor de tu existencia.

Vivir sin ti. Como un suspiro de alivio.

No verte. Poder disfrutar del paisaje.

Soledad. Mi vieja amiga; reencontrarnos.

Silencio. Hablar contigo y escucharte.

Paz. Que entres en mi mente, y destierres...

Ya no te quiero, vidrio opaco.

Aún yo quiero traslucir luz.

No apagues mis velas; no violentes mi lámpara.

Quiero caminar sin compañía.

"¿Abrir, o quebrar el frasco?"; da lo mismo

si la libertad es el resultado.

No importan el ruido, ni los escombros,

sino derramarse.

Pasaría el tiempo. Se arraigaría la libertad.

Soledad, Silencio, Paz. Felicidad, al fin.

Y llegarías tú, un día, con tu opacidad.

Como un eclipse de sol.

Y el hedor de tus justicias, y de tus maldades

lo inundaría todo.

Mas yo; que tanto me apagué, ahora, brillante...

En último término, te diré:

"Los infiernos no se comparten."

Tú rogarás, cruel mentira.

Dirás que mi vida es el cielo.

Yo no te miraré; miraré el paisaje.

Soledad, Paz, Silencio; decidiré no renunciar.

Y en último término, te diré,

para que no presientas rechazo a tus justicias

ni a tus maldades...:

"Los cielos no se comparten..."

La soledad, el silencio y la paz son grandes tesoros interiores. Si no los tienes, búscalos. Si los tienes, no los negocies.

La justicia es hermosa, pero para muchos, subjetiva.

Lo que Jamás te DijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora