Te amo:
como el agua del río ama a las rocas,
contra las que choca.
Te amo:
como los niños a las flores,
que juegan con sus colores,
sin pensar en el olvido.
Te amo, como el capullo al sol,
que no le conoce
y aún le ofrece abrírsele
y mostrarle sus esplendores.
Te amo, como el sonido al viento;
que fugaz vuela en sus olas de éter
ríe, corre y se desvanece,
y al compás de su canto, se mece.
Te amo como la luz a las estrellas
y las estrellas a la luz,
que, brillando en su plenitud
se visten de noche bella.
Te amo; como los ojos a la belleza,
quienes no pueden apartarse de ella;
con embeleso la miran,
porque es motivo de su existencia.
Te amo.
Como el Creador a su obra;
Te amo; yo solo Te Amo...
¡Y el "cómo", no importa!