Bailarina hermosa, que en el agua danzas;
tu exótica belleza y gracia admiro...
Con delicados pasos de danza avanzas,
y a la cola brillante que exhibes yo admiro.
A tu paso flota un halo de burbujas;
tu cuerpo se mueve, delicado y sensual...
Tus grandes ojos, que cerrarás jamás
sulfúranme, al mirarme, con fuego celestial.
¡Bella sirena, vestida de diamantes,
atadas a tus escamas de oro;
sigue bailando tus danzas flamantes;
sigue danzando como lo añoro...!