Por favor, ya no más. Quítate esa máscara de hielo; muéstrame tu verdadero rostro; quémame con tus labios; déjame sentir el fuego de tu boca... de tu boca, que aún está callada...
¿Por qué me miras así?
¿Crees que no sé que me deseas?
¿Por qué no dices nada...?
¡¿Por qué me sigues mirando...?!
Y aunque esquivo tu mirada, cuando me vuelvo, y vuelvo a mirarte, no me quitas los ojos de encima... y cada vez, me ves con más pasión, una pasión que me devora; pero tu cara... cada vez, se ve más fría.
Te observo; noto que estás temblando. Los cabellos de tus sienes están mojados, el sudor se desliza por tu piel, lentamente, acariciando tu cuello... Te muerdes los labios, una y otra vez, como si imaginaras que entre ellos, están los míos...
Y cuando cierro los ojos y comienzo a llorar, siento tu mano fría estrechando la mía; realmente me desconcierta.
El calor de tu cuerpo me invade, porque te acercas más a mí, y tu boca, roza mi mejilla...
Pero no me besas.
Y tu mirada ardiente, y tu perfume exótico te atan a mí...
Pero no me tocas.
Y cuando ahogo mi decepción con un suspiro...
Dices: "Te Amo."