Siento muy honda tu ausencia,
te echo de menos, cariño.
Tu partida fue más rápida
que una ráfaga de viento;
tú eras sol de la mañana,
candor de tarde estival
y una lluvia despiadada
ha enfriado tu calor...
¡cuánta falta me haces!
Cada vez que pienso en ello,
cuando lloro, cuando río,
veo tu rostro tan claro,
grabado a fuego en mi mente;
en mis sueños, despierta, te abrazo;
en mis sueños, despierta, te beso;
tenemos una eternidad juntos...
¡Ay, amor! ¡Qué mal me hace tu ausencia!
Te veo lejano,
como las pálidas y frías
montañas azules;
tus labios, vírgenes, se durmieron,
nunca estremecidos por el calor
de mi beso.Todas las noches, te espero;
y es como si vinieras,
como si te viera de nuevo.
Oh, amor; la muerte tiene tus ojos:
¡bebió tu aliento de vida,
ferviente, fresco y nuevo!
No conocí tus manos,
nunca rocé a tu cuerpo;
jamás tuve el valor de acariciarte...
¡Si supieras cuánto lo quise...!
Mi calor no abrigó tu piel de armiño,
ni mesé tus cabellos blondos;
no te vi llorar;
no tuve tiempo de decir: "te amo...",
no pude luchar más,
porque un día me amaras.
¡Ay, corazón!
¡Al menos, me escribiste un "te quiero",
pero hubiera querido escucharlo!
Mas tu voz,
nunca lo dijo.
Si retrocediera en el tiempo,
aun sabiendo que te irías,
haría todo lo que no hice....
todo de mí, te daría.