Ojos de otoño que amé;
tantas veces saboreé la dulzura de tu mirada; el caramelo de tus ojos,
siempre tan sonrientes.
O la hojarasca moribunda de tu alma cansada
de ver tantas otras perdidas;
de sentir en ti el mal que no es tuyo.
Gracias por amarme, querido amigo.
Prometo que no quise que esto fuera así;
que yo solo quería pasar mi vida contigo.
Para ver la aurora, y el atardecer en tus ojos.
Nunca supe que me amaste,
desde el primer día
en que viste mi alma, de la que te enamoraste...
El destino no me ha dejado vivir mi vida contigo;
no me dejará ver la aurora, ni el atardecer en tus ojos;
ni despeinar tus cabellos, ni jugar con tus manos,
ni acariciar tu boca, ojos de otoño.
Ojos de otoño que me amaron,
y que por amor, he abandonado:
no me olvides, por favor. Llévate el recuerdo de mi alma.
Pues yo jamás te olvidaría a ti...
Ojos de otoño.