EN LLAMAS: LA NUEVA HISTORIA

CAPITULO 34

Salimos lentamente del ascensor, Portia me pide que la espere junto a nuestro carruejo mientras ella busca a Haymitch. Yo asiento, mientras observo como se aleja entre las demas personas. Yo comienzo a caminar hasta el carruaje, hasta que el sonido de personas llamando mi nmbre me detiene. Miro hacia arriba, por donde escucho que proviene el sonido y me doy cunta que sobre mi hay una apertura, por la que los capitolinos nos observan y victorean.

Al verlos, desvio la mirada y continuo caminando, no estoy de humor para fingir felicidad antes estas personas. Llego a mi carruaje, los mismos caballes negros nos esperan alli, paso mi mano sobre uno de ellos y fijo mi mirada en el. De reojo observo como uno a uno los tributos comienzan a llegar, todos antiguos vencedores,  por lo que, a diferencia de el año pasado, el ambiente amistoso se hace presente. Me siento fuera de lugar, me doy cuenta que Katniss y yo somos lo de afura, los nuevos, lo que en la Arena nos presentara una gran desventaja.

-Peeta-escucho que me llama a mis espaldas una voz femenina, una voz des desconocida, lo que me hace voltear en su direccion.

Al dirigir mi mirada a la persona que me ha llamado, me encuentro con la Vencedora del Distrito 7, Johanna Mason. Recuerdo claramente sus Juegos, fingio ser debil durante las primeras etapas de los Juegos y cuando solo quedaban los ultimos ocho, revelo sus habilidades para matar. Ahora, es conocida por ser una de las mas "queridas" entra la gente del Capitolio, sobre todo por los hombres.

Ella me sonrie maliciosamente, mientras me observa con los ojos de pies a cabeza. Yo al igual que ella la observo, cabello largo color negro, recojido en una cola alta, ojos oscuros, maquillados a forma de en marcar el color; lleva puesto un vestido color cafe, ajustado a su cuerpo, asemejando un arbol. -Distrito 7, tala de arboles- me recuerdo a mi mismo.

- Johanna Mason- respondo a modo de saludo, sin apartar mis ojos de los suyos.

-La misma- me guiña levemente el ojo- Y ¿donde esta la panadera?, no deberia dejarte solo tanto tiempo-dice mientras se acerca mas a mi, ella coloca una mano sobre mi abdomen y recorre con su dedo en contorno de mis musculos. Sin apartar sus ojos de los mios.

- Esta con Cinna, su estilista- le digo manteniendome serio, pero el nerviosismo causado por su tacto se palpa en mi voz, noto por su sonrisa que disfruta provocar esa sensacion.

-Tienes mucha popularidad entre las Capitolinas, te aseguro que no pasaria mucho antes de que te llenaras de dinero y joyas- me dice sonriendo, aunque en sus ojos noto seguridad, puedo ver la pena que se oculta detras de eso.

- Tengo demasiado dinero y no me gustan las joyas-le digo apartanto bruscamente su mano de mi, la sola insinuacion es inpensable- ¿En que usas el dinero que ganas al dar un poco de tu tiemo?-le pregunto, tranquilizandome y mostrando mas seguridad.

-Hace tiempo que no toco algo tan simple como el dinero- me dice con seguridad, pero puedo notar como los rscuerdos invaden su mente.

-Entonces como pagan el placer de tu compañia? -le pregunto con algo de duda, ella parese volver a la realidad al oir mi voz.

-Con secretos-dice susurrando en mi oido, rozando delicadamente sus labios contra mi oreja- Y tu chico en llamas, tienes algun secreto que meresca mi atencion?-me pregunta alejandose un poco de mi oido, pero tan cerca queun movimiento de alguno de los dos y nuestras narices estarian unidas.

-Soy un libro abierto-le digo con una sonrisa divertida al alejarme de su rostro- Todos paresen saber mis secretos antes que yo-le digo simplemente, como si fueramos viejos amigos hablando de todo y nada a la vez.

-Eso es una lastima-me dice con fingida pena, veo como sus ojos se desvian de los mios y los centras en alguien detras de mi.

Antes de darme tiempo a reaccionar, siento como la suave mano de Katniss se coloca en mi hombro, yo volteo en su direccion para toparme con sus bellos ojos grises. Ella no me da tiempo de hablar, cuando siento sus labios junto a los mios, sin embargo, ella se siente ausente. Cuando nos separamos, puedo ver el enojo escondido detras de sus brillantes ojos grises, por lo que tomo su mano y la apreto suavemente.