CAPITULO 50

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La bruma que se forma a mi alrededor poco a pocose dispersa, hasta que logro ver con claridad. Estoy dentro de un aerodeslizador del Capitolio. Sigo con vida, lo que no representa nada bueno. Recuerdo haber lanzado la flechaon hacia el campo de fuerza y la explosion que provoque en la arena. Despues de eso solo recuerdo el fuego y el calor inhumano que lleno el lugar.

Me levanto con cuidado, pero no veo a nadie acercarse. Me desago de la mascara de oxigeno, la paso por mi cabeza y la dejo sobre la camilla provicional. Tengo una venda en el brazo derecho, un poco manchada de sangre. El lugar donde Finnick me apuñalo.

Al moverme siento una punzada de dolor en mi otro brazo. Han colocado una intravenosa en mi muñeca izquierda, tomo la aguja con cuidado y la saco de mis venas. Como no suena ninguna alarma decido seguir avanzando. Debo saber donde estoy y si alguien mas a sobrevivido.

Katniss. La ultima vez que la vi con vida se alejaba hacia una trampa de la que ella y yo desconociamos. Debo evitarle lo que sea que esten planeando para nosotros, la chispa de la revelion. En un mesa veo un pequeño botiquin, me acerco y busco algo para liberarla de todo esto. Una jeringa, solo debo inyectar una burbuja de aire en sus venas y luego hacer lo mismo en mi.

Camino sigilosamente por el frio piso de metal, a mi derecha otra de las camillas se encuentra ocupada. Es Beete. Esta inconsiente, cientos de cables salen de su cuerpo y se conectan a la pared detras de el. Le prometo silenciosamente venir a librarlo despues. Mi prioridad sigue siendo Katniss. Me acerco a una gran puerta de metal, pero antes de abrirla escucho una voz que me hace parar en seco.

-Cuando descubra lo de la chica.....nos culpara y no querra seguir con esto- esa voz. La misma voz burlona de mi mentor. ¿Que hace Haymitch aqui?

Impulsado por la duda y el repentino enojo que se formo en mi abro la puerta de golpe. Me paro frente a los tres personas de las que mas desconfio en este momento. Plutarch Heavensbee, el actual vigilante en jefe me mira con una sonrisa ladina. Finnick Odair, todavia sucio y herido, ni siquiera puede mantenerme la mirada.

Cuando los ojos grises de Haymitch se cruzan con los mios es cuando lo entiendo. El me traiciono. Me hizo promesas que no tenia pensado cumplir, abuso de mi confianza y ahora tiene el descaro de pararse frente a mi sin inmutarse.

-¿Ya terminaste de desmayarte, chico?- sus ojos demuestras burla, mas yo no cambio me expresion.

Me avalanzo hacia el,  impactando mi puño en su mandibula, sinsoltar la jeringa en mi otra mano. Antes de poder golpearle otra vez, toma mis muñecas con fuerza y las coloca sobre mi cabeza. Usa su fuerza corporal para dejarme contra la pared, sin posibilidad de moverme.

-Tu y una jeringilla contra el capitolio- me arrebata la jeringa de las manos- ¿Lo ves? Es por eso que nadie te deja hacer los planes.

Me muevo con nuevas fuerzas al ver sus ojos grises de la Veta. A Haymitch le esta costando mas trabajo sostenerme. Le mantengo la mirada, puro odio muestran mis ojos, sin embargo los suyos muestran tristeza e incluso lastima. Estoy a punto de ofenderlo, decirle que no sienta lastima por mi, que todo es su culpa, cuando el vigilante me detiene.

-Joven Everdeen, creo que es mejor si todos nos calmamos- pone una mano en el hombro de Haymitch, quien lentamente suelta mis brazos.

Aprovecho el momento para preguntar lo que he deseado desde que entre.

-¿Donde estoy?- le digo firme, el no cambia su expresion tranquila, lo que me molesta aun mas- ¿Donde esta Katniss?-

- Peeta sientate, porfavor- dice Plutarch señalando una silla frente a la mesa donde han colocado un cuenco con sopa, un trozo de pan n y un vaso de agua.-Come- dice con tono autoritario.

EN LLAMAS: LA NUEVA HISTORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora