1 | Esperanza

8.2K 565 103
                                    


Capítulo 1: Esperanza

✩ ─── 「༻ ☪ ༺」─── ✩

Dakota

Mis manos se apretaban fuertemente alrededor del palo de la escoba. Ansiaba terminar de barrer para poder ir a comer, pero la casa de acogida era demasiado grande y todo para mi sola.

El lugar consistía en una habitación enorme con unas treinta camas para una sola persona una al lado de la otra con escaso espacio entre ellas. Aquí venían las personas que no tenían un hogar y en su mayoría eran todos ancianos. Se podía decir que era la única en ese lugar entre los dieciocho a cuarenta años y de muy mala manera entendí el porqué los jóvenes no iban.

Nos convertíamos en esclavos tan solo con cruzar la puerta doble de madera que servía como entrada y lo peor es que no nos dejaban salir una ves entrábamos. Yo ya llevaba cinco meses así y la mujer encargada nunca me dejó salir y hasta la fecha aún sigo aquí.

Suspiré con alivio en cuanto terminé de barrer, recogí la basura con la pala y la llevé hasta el bote de basura en la entrada que permanecía cerrada durante el día y abría sus puertas a las seis de la tarde para dejar entrar a las personas que necesitaban de asilo y cerraba una hora después.

Llevé las cosas a una esquina en donde se encontraba un pequeño armario que servía para guardar las cosas de limpieza.

En la parte derecha de aquella enorme habitación se encontraba una puerta; caminé hacia ella y toqué un par de veces y esperé a que la señora Prudens me diera el permiso de pasar.

—Pasa.  —se escuchó su voz detrás de la madera oscura de la puerta.

Tomé el pomo y entré midiendo mis pasos.

—Ya terminé —informé nada más entrar.

Ese lugar detrás de la puerta era el hogar de la señora. Consistía solo en una pequeña sala con un sofá y el comedor juntos, además de una pequeña cocina y en otra habitación su cama.

Inevitablemente en cuanto la observé mis ojos se dirigieron a la llave que colgaba de su cuello; lo único que podía abrir la cerradura de la puerta principal.

La mujer de cabello castaño canoso, ojos negros y cuerpo algo delgado se puso de pie para confirmar mis palabras.

Me rodeó y salió de su hogar para ir al gran salón y justo en la mesa se encontraban dos llaves por separado y estaba segura de que eran las llaves que abrían la única puerta de su casa.

Sin ningún miramiento la tomé y la guardé en el bolsillo de mi pantalón azul gastado y tomé el dobladillo de mi camiseta verde para aguantar los nervios.

—¡Dakota! —me sobresalté un poco por el grito y corrí fuera para ver qué sucedía.

Sus manos estaban en sus caderas y me miraba furiosa.

—Debías arreglar las camas ¿Qué sucedió? —yo negué.

—Se supone que las camas las deben arreglar quienes duermen en ellas —ella se acercó a mí con pasos apresurados.

—¡Si están desordenadas tu las arreglas y punto! —me tomó de mi cabello negro y me arrastró hasta una de las camas desordenadas —¿sí no eres tú quien más lo hará? Y te quedarás sin comer por respondona.

—¡Yo no debería estar aquí! —grité al borde de las lágrimas.

Ella soltó mi cabello y con sus manos me hizo darme la vuelta para observar directo a mis ojos ambarinos casi amarillos.

GraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora