Grace

29 | Futura reina

Capítulo 29: Futura reina.

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Grace Morgan

—Lo único que nos falta es ir por los vestidos y los zapatos y ya estaría lista para mañana —yo la escuchaba, pero no le prestaba mucha atención porque unas ideas vagaban por mi mente esperando que yo las analizara.

—Vale, vamos —dije mientras seguía ida. Una sonrisa surcó mis labios cuando una gran idea cruzó mi mente, la ayuda vendría de los lugares menos esperados.

El camino hacia el lugar al que nos dirigíamos fue algo corto, en cuanto llegamos salí del auto y una enorme tienda me dio la bienvenida, desde afuera se veía extremadamente lujosa.

—Buenos días —fue lo primero que dije al entrar. 

La chica que atendía la tienda nos observó a ambas de arriba a abajo y no entendía el porque, miré hacia mis botines negros, mis pantalones azules y mi remera verde sin notar nada sucio ni raro, la ropa que llevaba Edén era algo parecida, ya que yo le había prestado algo de mi ropa.

—¿Sucede algo? —interrogué. 

—Si, que esta tienda no es para todo el mundo no creo que puedan pagar ni la vitrina de esta tienda, así que si pueden hacerme el favor  —y nos señaló la puerta,

Justo cuando yo pensaba soltarle sus verdades una mujer de cabello rubio canoso se acercó a nosotras con un sonrisa. 

—Es un honor tenerla por aquí, futura reina —miré con suficiencia a la chica y su rostro palideció —¿sucede algo? —preguntó la mujer mientras fruncía su ceño.

—No, solo una confusión por nuestra ropa —le recriminé de manera indirecta —pero obviando eso quiero algo deslumbrante y que nadie más tenga —la mujer sonrió.

—Tengo el vestido perfecto.

La seguimos a través de la enorme tienda mientras observaba los vestidos a cada lado del pasillo. Cuando llegamos al final de este vislumbre un vestido enorme de color rojo. Tenía tirantes muy delgados que sostenían un corte en v en la parte de en frente, se ajustaba hasta debajo de los senos y después caía de forma sutil hasta el suelo con una abertura lateral derecha, pero lo mas impresionante fue la parte trasera con una espalda totalmente descubierta y una cola que arrastraba hasta el suelo. El vestido era magnífico y la tela se sentía tan suave.

—Nunca lo han podido comprar —escuché decir a la chica de hace unos minutos.

—¿Cuánto cuesta? —interrogué con curiosidad.

—Medio ciento cincuenta mil euros —respondió la señora.

—Perfecto, me lo voy a medir, mientras busca un vestido, Edén —ella asintió y se perdió entre los pasillos de la tienda mientras yo esperaba que descolgaran el vestido.

Me adentré en el vestidor y me despojé de toda mi ropa, la mujer entró para ayudarme a ponerme el vestido y luego soltó mi coleta para observar mejor como se vería.

Unos zapatos fueron colocados en la entrada, eran negros con un tacón de aguja que asustaba. Rápidamente me los coloqué y salí del vestidor para observarme en el enorme espejo de afuera, cuando salí sonreí al ver lo hermoso que se me veía aquel vestido, sin mencionar que me quedaba justo a la medida. El vestido era perfecto y deslumbrante.