Grace

19 | Grace, estas aquí.

Capítulo 20: Grace, estas aquí.

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G

race Morgan

Mi ojos se abrieron aquel dia con tristeza, las sábanas cubrían mi cuerpo cubierto solo por unos shorts de pijama y un top. Con un suspiro retiré las sábanas intentando levantarme, pero solo logré lanzarme una vez más a mi cama con las lágrimas rodando por mis ojos.

Mi hermana también cumplía años aquel dia. Pero no la tenía cerca para poder felicitarla.

Con un suspiro me levanté de la cama lograndolo esta vez. Me encaminé hasta el baño para darme una larga ducha y una vez salí me coloqué ropa interior negra y luego me adentre en el closet para sacar la ropa de aquel día.

Durante este mes había combinando todo tipo de ropa descubriendo mi feminidad y mi amor por la ropa. No sabía que sería tan satisfactorio vestirse bien. Había estado estudiando y estudiando. Solo eso. Pero no me quejaba, el entrenamiento no era algo fácil.

Decidí ponerme un pantalón jean negro de tiro alto, un crop top color burdeo que cubría mis senos y poseía un cuello de tortuga, además de una gabardina negra y unas botas de tacón altas.

La gabardina la dejé sobre la cama por si se ofrecía salir.

Me acerqué hasta el baño y maquillé levemente mi cara con un delineado que me costó un ojo de la cara aprender a hacerme, coloqué rimel y un labial un poco más oscuro que mi top.

Coloqué un perfume sutil y unos cuantos brazaletes, además de unos pequeños aretes.

Mi cabello estaba en una coleta bien hecha y cuando me sentí lista salí de la habitación colocando mi reloj. Pues seguía sin teléfono y sin la confianza suficiente como para tener uno.

Eran apenas las siete y cincuenta de la mañana, mi humor no era el mejor de todos y no me esforzaba por disfrazarlo. Al entrar en el comedor las miradas se dirigieron a mí y yo simplemente tomé asiento en una silla apartada de los demás.

Una mujer sirvió mi plato y en él me encontré con panqueques recién hechos con fruta, crema batida y algo de miel que no era de maple porque me había atragantado con ella hasta más no poder y ahora me daba náuseas.

—Grace —llamó Kendal.

Que no lo diga, que no lo diga, que no lo diga.

—Encontré algo para ti - fruncí el ceño en su dirección. Las cosas entre nosotros últimamente no estaban nada bien, de hecho, nada lo estaba. Lo único seguro que tenía en estos momentos era el panqueque en mi boca, porque el del plato no sabía ni siquiera si lo terminaría, no se si se da a entender lo que digo.

—¿Mmju? —fue lo único que logré decir.

—Encontré a tu gemela —avisó.

Mi cabeza se giró hacia él y la sinceridad bañaba su rostro. Pero yo no expresé ninguna emoción.

Terminé de desayunar mientras repasaba el rostro de mi hermana en mi cabeza, recordaba su rostro a la perfección, pero más sus ojos que otra cosa, quise llorar en ese momento, pero no lo hice. Al terminar simplemente me levanté y me fui hasta mi habitación para lavar mis dientes.

—Te espero —escuché a Kendal gritar.

Bajé deprisa las escaleras con mi gabardina en mano. Y seguí a Kendall hasta su auto. Luego de media hora conduciendo llegamos hasta un hangar. Habían varias avionetas y aviones en aquel lugar. Esperé a que Kendal saliera y rápidamente abrí la pequeña gaveta del auto y saqué la navaja que sabía estaba ahí, puesto que una vez lo vi colocándola allí, luego salí velozmente del auto y lo seguí hasta el avión.