Un golpe seco bastante lejano hace que me despierte, pero no abro los ojos. Me muevo ligeramente y siento que estoy recostada en el suelo, en posición fetal. No me he movido de mi sitio desde que llegué a esta casa. Entonces, escucho un grito desgarrador que hace que abra los ojos de golpe y me incorpore con dificultad apoyándome sobre mis antebrazos debido al dolor que todavía siento.
Los gritos vienen del piso de arriba de la casa. También escucho golpes y gruñidos.
El corazón me da un vuelco tremendo y siento que el miedo vuelve a poseerme como un espíritu que ha tomado mi cuerpo. Entonces, comienzo a temblar al escuchar una voz masculina gritar con todas sus fuerzas, como si estuviera experimentando el mayor dolor del mundo.
—¡¡Susan!! ¡¡No!!
Más golpes y gruñidos que me paralizan por completo.
Sé quién es esa mujer que menciona porque vi el nombre inscrito en una lápida del cementerio.
—¡¡Basta!!
Finalmente, la casa entera vuelve a un silencio perturbador cuando un grito desgarrador cesa de golpe. Entonces, escucho que alguien baja las escaleras con lentitud y me recuesto rápidamente en el suelo, cierro los ojos y finjo que sigo durmiendo.
Escucho sus pasos pesados y fuertes llegar al piso de abajo y siento el suelo temblar bajo mis manos. Cierro los ojos con fuerza cuando escucho que se acercan más a mí, intentando camar mi descontrolada respiración. En ese momento, los pasos vuelven a alejarse y escucho que la puerta se abre y se cierra.
Espero unos segundos. Después, abro los ojos y miro de un lado a otro.
Se ha marchado. Me ha dejado aquí sola... es mi oportunidad para escapar.
Hago uso de la poca fuerza que me queda para levantarme y me tambaleó hasta la puerta de la casa. Agarro el pomo oxidado con las dos manos e intento girarlo para todas las direcciones, pero no se abre.
Ese hijo de puta ha sido inteligente y ha cerrado la puerta.
Voy hacia el salón y encuentro todas las ventanas cerradas con seguro, así como la de la cocina.
Me muerdo el labio inferior mientras me recargo en la mesa del salón.
—Vamos, Evolet...— susurro para mí.
No voy a quedarme aquí a esperar a que me mate. Voy a volver a casa y voy a hacer que encierren a ese bastardo por haber matado a mis amigas. Quiero que pague por lo que ha hecho, quiero que se arrepienta...
Siento que la rabia fluye por todo mi cuerpo y me doy cuenta de que me estoy clavando las uñas en las palmas de mis manos por apretar los puños con fuerza. Repentinamente, una idea me asalta y corro hacia la cocina. Abro todos los cajones hasta que me encuentro con un trapo, me lo enrollo en la mano y golpeó el cristal de una ventana con fuerza.
La primera vez no se rompe y suelto un grito de dolor. Pero lo intento una vez más y, esta vez, se rompe.
Aparto todos los trozos de cristal que quedan en la ventana para evitar cortarme y, como puedo, me deslizo hasta caer al asfalto de la calle, justo al lado de la carretera. Cuando me levanto, no me lo pienso dos veces y echo a correr siguiendo las indicaciones borrosas de los carteles, olvidándome por completo del dolor que antes tenía por haberme caído por las escaleras.
Después de estar un buen trecho corriendo, me detengo y me apoyo en una pared, a punto de desmoronarme.
He estado corriendo cerca de una hora sin parar. Las piernas me tiemblan, mi estómago estás revuelto, tengo ganas de vomitar y no me quedan fuerzas. Sin embargo, cuando alzo la cabeza, me encuentro con un enorme letrero en neon de un bar de motociclistas.
Estoy salvada.
Camino con lentitud hasta la puerta y la atravieso. Varios de los hombres que hay dentro me lanzan una mirada cuando entro, pero yo los ignoro hasta que llego a la barra, donde el barman, un hombre grande y robusto, está preparando un martini.
—¿No eres muy joven para venir a este sitio, niña?— me pregunta.
—Necesito usar el teléfono— le interrumpo, ignorando su pregunta. El hombre se me queda mirando con sorpresa, y yo espero unos segundos hasta que me acerca un teléfono fijo inalámbrico.
—No tardes mucho, lo necesitamos.
Vuelvo a ignorarlo y voy en dirección a los baños para hablar sin que me vea nadie. Marco el número de teléfono de mi casa y espero con el móvil pegado a la oreja, sintiendo mis manos temblar. Al tercer toque, escuché una voz gimoteando.
—¿Diga?
—¡Mamá!— chillo, con las lágrimas comenzando a caer por mis ojos.
—¡Evolet, Dios mío!— ella chilla con más fuerza que yo, rompiendo en llanto durante la llamada. Yo también lloro con fuerza al escucharla —¿Dónde estás? ¿Adónde has ido? ¡Vuelve a casa, por favor!
—¡Mamá..., me habían secuestrado!— se me forma un nudo en la garganta mientras intento explicarle a mi madre lo sucedido. Cada vez se me hace más difícil hablar —Lo siento mucho. Estoy muy asustada, yo...
—Tranquila, cariño— me interrumpe, aún sollozando —. Todo va a estar bien. Dime dónde estás e iremos a buscarte. La policía atrapará a ese desgraciado.
Asiento, aunque sé que ella no puede verme. Me trago el nudo que me aprisiona la garganta y salgo del pasillo de los servicios para leer el nombre del bar, que está tallado en una de las paredes de madera.
—Estoy en un bar de motociclistas que se llama ENGINE'S.
—¿Dónde?
—No lo sé— suspiro, desesperada porque vengan cuanto antes —. Hay un pueblo a una hora de aquí.
—Vale, cariño. Tranquila— mamá intenta calmarme, a pesar de que ella está tres veces más alterada que yo —. Vamos a ir a por ti. Tú no te muevas y no salgas de allí, ¿vale?
—Sí...
—Todo va a salir bien, mi amor, ya lo verás— me repite, ya más tranquila. Yo me seco las lágrimas que me caen por las mejillas y vuelvo a asentir —. Te quiero.
—Y yo a ti, mamá.
Y cuelga.
Voy hacia el barman y le devuelvo el móvil. Él lo deja donde estaba y yo me siento en un taburete libre que hay y apoyo la cabeza en la barra.
—¿Te encuentras bien, hija?— me pregunta el hombre. Yo niego lentamente con la cabeza —¿Te apetece algo de beber?
—Agua...— susurro. A los segundos, tengo un vaso de agua frente a mí.
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Blood And Tears |Liu Woods|© Book 1
Novela JuvenilRepentinamente, Evolet despierta en un hospital sin saber lo sucedido. No entiende lo que ha pasado y sus recuerdos están borrosos. Dos policías la informan de que hubo un asesinato, y que ella logró sobrevivir. Pero, ¿quién intentó matarla? ¡Cualqu...