Me he lavado las manos como cinco veces y, aun así, no he conseguido que se me vaya el olor a sangre. Después de coserle la herida, Liu se quedó dormido cuando conseguí cubrirle con un vendaje decente y tirar los restos de ropa a la basura. Había caído la noche y yo esperaba poder dormir un poco, pero he estado dando vueltas en la cama sin poder cerrar los ojos desde que me he metido dentro.
En el baño vi las marcas de los dedos de Liu en mi cuello, que se habían puesto de un color morado horrible. Tuve tiempo de ponerme gasas en la zonas donde me habían cortado, porque son cortes bastante profundos, aunque no hay peligro de desangrarme.
No he dejado de pensar en todo lo que ha pasado desde la trágica noche en la que perdí a mis amigas. Aunque no haya dejado morir a Liu, la culpa me golpea con ganchos dolorosos una y otra vez.
Has ayudado a un asesino.
Le has prolongado la vida a un psicópata.
¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?
La verdad es que no. No tengo ni idea de lo que estoy haciendo, no tengo ni idea de lo que es bueno o malo y no tengo ni idea de lo que está pasando. Solo sé que quiero volver a casa y no puedo. No sé dónde estoy, no sé hacia dónde puedo ir y no sé si esos hombres podrían seguirme. Estoy atrapada aquí de una forma u otra.
Súbitamente, empiezo a escuchar una voz del otro lado de la pared. Quejidos y gemidos que se vuelven cada vez más fuertes. Se me pone la piel de gallina y se me tensa el cuerpo hasta que un grito me perfora los tímpanos.
-¡No! ¡No!- salgo de la cama escuchando golpes secos. Me pongo una camiseta que me queda grande y abro la puerta, girando para entrar en la habitación próxima a la mía -¡Susan!
-¡Liu!- me acerco a la cama y mis manos se posan sobre sus hombros, zarandeándolo ligeramente -¡Liu, despierta!
-¡Basta! ¡Basta...!
-¡Liu!
Sus ojos se abren de golpe y su mano me toma del brazo con fuerza, mucha fuerza. Mi mano se posa sobre la suya e intento que me suelte, pero solo consigo que me apriete más. Me mira con los ojos muy abiertos, desconcertado, como un niño perdido y asustado. Está sudando y jadea.
-¡Suéltame!- le suplico, intentando apartar su mano tirando de sus dedos -Me duele.
Y me suelta.
Parpadea varias veces y se incorpora, pero suelta un quejido y se vuelve a tumbar por la herida. Sus ojos verdes viajan por toda la habitación hasta que se encuentran con los míos.
-¿Qué ha pasado?
Tardo unos segundos en responder.
-Estabas teniendo una pesadilla...- desvío la mirada y bajo la cabeza -Estabas gritando, así que te he despertado- admito. Reprimo las ganas de disculparme.
Él se queda en silencio, sin alejar sus ojos de mí. Yo no puedo apartar la mirada de ese verde tan intenso y apagado. Es como asomarse a un agujero oscuro que no parece tener fin.
Un escalofrío me recorre toda la espalda e intento disimularlo.
Me llevo la mano al antebrazo, donde me había agarrado antes. Él desvía su mirada hacia la misma zona y lo observa varios segundos en silencio. Yo no puedo evitar sentirme incómoda, así que oculto mi antebrazo abrazando mi cintura.
-¿Por qué te cortabas?
Su pregunta me pilla con la guardia totalmente baja. Lo ha preguntado con frialdad, pero con delicadeza al mismo tiempo. No me está exigiendo una respuesta, así que me quedo en silencio y bajo la cabeza, pudiendo ver las rayas blancas que marcan mis brazos en vertical y horizontal, algunas más visibles que otras. Estoy segura de que se había dado cuenta antes, pero no lo ha preguntado hasta ahora.
No quiero responder a esa pregunta.
Me muerdo el labio inferior y me alejo da la cama para volver a mi habitación, pero la mano de Liu me vuelve a tomar, esta vez de la muñeca, y sin ejercer tanta fuerza, solo la suficiente como para tirar y que yo vuelva a quedar frente a la cama.
Ahogo una exclamación y cierro los ojos con fuerza, pero lo único que siento es algo frió tocar mi mejilla. Cuando abro los ojos, doy un respingo al ver a Liu demasiado cerca de mí, pero no me da tiempo a apartarme cuando se inclina hacia mí y junta sus labios con los míos.
Noto el sabor metálico de la sangre en mi boca y su otra mano tomarme del brazo. No puedo cerrar los ojos, el corazón me estalla dentro de pecho y la mente se me queda en blanco. De golpe, es como si algo en mi interior se encendiera y rápidamente mi mano lo aleja de mí. Retrocedo hasta que mi espalda choca contra el armario empotrado de la pared. Liu se me queda mirando sin expresión, como si besarme hubiese sido algo insignificante para él. Está incorporado en la cama, con el torso lleno de vendas y con las sabanas manchadas de sangre seca.
Los ojos se me llenan de lágrimas. No puedo quedarme aquí.
Me doy la vuelta y salgo corriendo de la habitación, bajo las escaleras y caigo al suelo de rodillas, tropezando con el último escalón, descalza y solo con una camiseta puesta. Me muerdo el labio inferior y reprimió las ganas de gritar.
Me ha besado. ¿Por qué ha hecho eso? ¿Quiere jugar conmigo?
¿Por qué estoy tan alterada? ¿Por qué me duele tanto el pecho?
Me clavo las uñas y suelto un gemido al tocar la gasa que cubre el corte que me hicieron en el bosque.
Cuando una mano toca mi hombro por mi espalda, me levanto de un salto y me doy la vuelta, limpiándome las lágrimas con el dorso de mi mano, me encuentro con una chica que lleva un vestido negro, el pelo del mismo color con unos preciosos rizos largos, botas de tacón y la piel completamente blanca. Su máscara se parece a la del chico del bosque que intentó matarme: de ojos y labios negros.
-Eres tú...- balbuceo -la chica del bar...
-Sí- afirma, apoyando la mano derecha en su cadera -¿Dónde está Liu?- me pregunta de sopetón.
¿Por qué quiere saber dónde está Liu?
Mi mano temblorosa señala las escaleras, indicando que está en el piso de arriba.
-Gracias- responde, aunque no de una forma agradable. Se agarra de la barandilla y sube las escaleras de una a una con tranquilidad y elegancia. Me doy cuenta, cuando sube las escaleras, de que ese vestido ajustado resalta sus curvas y le da un toque elegante en vez de siniestro. En cuestión de segundos, me siento una cucaracha a su lado.
Cuando llega al piso de arriba, escucho sus tacones chocar contra la madera del suelo y una puerta cerrarse.
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Blood And Tears |Liu Woods|© Book 1
Fiksi RemajaRepentinamente, Evolet despierta en un hospital sin saber lo sucedido. No entiende lo que ha pasado y sus recuerdos están borrosos. Dos policías la informan de que hubo un asesinato, y que ella logró sobrevivir. Pero, ¿quién intentó matarla? ¡Cualqu...