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Alexa montaba a Harry de espalda mientras él la tomaba por las caderas guiándola en sus movimientos. Maldecía sin aliento con cada embestida mientras ella subía y bajaba lentamente. Comenzó a tensarse alrededor de él y Alexa gimió y dijo su nombre llevando sus manos a los muslos de Harry para apoyarse. Harry la tomó por el cuello y acercó su boca para besarla.

—Eres mía, Lex. —susurró en su oído.

Alexa gimió y se giró para besarlo apasionadamente.

—Mierda, Lex...

Harry se liberó gimiendo con su voz ronca tras dar una profunda embestida. Siguió dentro de ella hasta que alcanzara su orgasmo. Ambos cuerpos sudorosos y cansados se derrumbaron en el colchón tras alcanzar su clímax. Habían hecho el amor varias veces durante la noche y se habían turnado adorándose mutuamente con la boca y las manos. Estaban exhaustos.

Harry besó su espalda y salió de ella cuidadosamente. Quitó el accesorio que le había comprado para estimular más su cuerpo y se recostó a su lado. Ambos congeniaban muy bien en la cama y satisfacían sus fantasías. Harry era consciente que pasaban más tiempo en la cama que en cualquier otro lugar cuando estaban juntos, pero era aceptable ya que recién habían empezado su relación.

—Deberíamos ducharnos —Alexa se estremeció tras la caricia de las yemas de sus dedos en su espalda y la voz ronca en su oído.

—Es sábado, todavía podemos dormir un rato más—respondió Alexa somnolienta tomando la mano de él que estaba en su muslo. La entrelazó con la suya y la llevó a su vientre para que la abrazara— El lunes te vas...

—Son solo unos días, cariño —Harry se acercó a su oido— Te traeré un regalo.

Alexa abrió los ojos y frunció el ceño.

—No necesitas hacerme regalos caros... —susurró— Tengo suficiente contigo, Harry.

Harry sonrió y le dio un beso en el cabello.

—Te quiero—le quitó el cabello que le cubría la espalda y besó su piel— Nunca tendré suficiente de ti, Lex.

Alexa sonrió. Se giró y lo abrazó.

—Te quiero —repitió Alexa.

Harry la sostuvo en su pecho por largos minutos.

—Prométeme que volverás en una pieza... —la joven le hizo prometer, mirando sus ojos esmeraldas— Me da miedo que no vuelvas a casa.

—Lo prometo —Harry la tomó de la nunca y la besó.— Ahora levántate. Vamos a tomarnos un baño.

Alexa siguió a Harry al baño, olvidándose de que la abandonaría el lunes.

Después del baño caliente, se secó el pelo mientras, a su lado, él se preparaba para afeitarse. Rindiéndose a su atractivo, Alexa se olvidó de su pelo y se quedó observándolo descaradamente. Seguía desnudo de cintura para arriba y la toalla le cubría lo justo.

Alexa se aguantó la risa ante su evidente búsqueda de la perfección mientras se afeitaba usando una maquinilla desechable.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry, al darse cuenta de que se lo estaba comiendo con los ojos.

—Te quiero.

Él la miró con cariño.

—Yo también te quiero, querida.

Alexa colocó los ojos en blanco.

—Eres la única persona que conozco en Francia que usa la palabra «ma chérie.».

Vidas Cruzadas (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora