Harry se derrumbó sobre ella, abrazándola y manteniéndola pegada a su cuerpo procurando no recargar por completo su cuerpo al de ella. Le susurró que la quería para siempre con él y reclamó una vez más su boca.
Alexa cerró sus ojos, sintiendo débiles las piernas tras el clímax. Aún podía sentir pequeñas replicas y espasmos en su interior. Acarició la mejilla de Styles con el dorso de una mano y se levantó para besarlo. Alexa tragó saliva absorbiendo todas las emociones que su profesor le hacía sentir.
Styles se apoyó sobre su codo mientras salía dentro de ella con delicadeza. Le besó un hombro y se recostó sobre su espalda para quitarse el preservativo. De repente se incorporó y Alexa se encontró sola en su cama de dos plazas.
Cerró por una corta fracción de segundos sus ojos y cuando los abrió Harry ya había vuelto a su lado. Alexa mantenía un rubor intenso sobre sus mejillas que contrastaba notoriamente con su piel pálida. Styles bajó la mirada a su cuello y de este a su cadera donde estaba la marca de sus dedos sobre su piel. Si fue brusco, a ella no le molestó. Se lo hubiese dicho.
—¿Estás bien? —preguntó Harry volviéndose a ella que yacía recostada en posición fetal. Él se volvió de lado y le acaricio la mejilla con su dedo pulgar. Devolviéndole la caricia que ella le había dado antes de que se levantara.
—Sí, gracias —ronroneó Alexa somnolienta. Se acercó a él y lo abrazó. Apoyó su mejilla en su pecho y comenzó a oír los latidos de su corazón. No pudo decir nada más. No le salían las palabras. Lo besó con los ojos cerrados, disfrutando de la sensación de estar entre los brazos de su amante.
Tomó la mano Harry que se encontraba sobre su vientre y se la llevó a su boca, besando sus dedos uno a uno. La observó detenidamente. Alexa levantó la vista y finalmente entrelazó sus dedos con los de él.
—Te quiero, Harry —murmuró.
Harry quedó en silencio. Desearía haber escuchado aquella confesión mucho antes pero estaba agradecido de que por fin se estuviera abriendo a él. Le beso el cabello y cerró sus ojos.
—Tenemos mucho de qué hablar, Lex...
—Mañana —susurró Alexa cerrando sus ojos— Mañana hablemos todo lo que desees.
Acto seguido se aferró aún más a él entrelazando sus piernas a las de él.
Alexa despertó en la madrugada. Harry dormía profundamente y yacía con su bóxer de espalda a ella. Quería sentirlo de nuevo pero antes de despertarlo se levantó y se dirigió a la cocina. Mientras servía zumo de naranja, Alexa pensó en todo lo que había pasado. Hacer el amor con Harry había sido una experiencia muy intensa y emocional. Todavía sentía las réplicas en el corazón. Era comprensible, teniendo en cuenta su historia en común.
Cuando regresó al dormitorio, Harry no se encontraba en la cama. Dejó los vasos sobre su velador y entró al baño dónde provenía la luz.
Harry verificaba el agua de la ducha mientras quitaba su bóxer.
—¿Te vas? —preguntó Alexa como una niña que le quitaban una paleta de dulce.
Él le sonrió y se acercó a ella. Desabotonó lentamente su camisa que traía para la fiesta y la desnudó una vez más.
La prenda calló al suelo y Lex lo observó expectante.
—No, Lex. —le besó el cuello, justo debajo de su oreja.— Solo quiero tomar una ducha contigo. ¿Es eso un pecado?
—No. —Harry la cayó con un beso y le acarició la cintura.
Tras aquel beso abrió la puerta de la ducha y esperó que ella entrara para cerrar la puerta de vidrio templado. Alexa se posicionó debajo del chorro de agua e inmediatamente sintió las manos de Harry en sus caderas y su espalda.
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Vidas Cruzadas (H.S)
RomanceHarry Styles, un enigmático y atractivo profesor con especialidad en literatura inglesa, es un hombre poco orgulloso de su pasado aunque consciente del prestigio que ha conseguido. Cuando la virtuosa señorita Le Brun gana un cupo para el curso de m...