22

1.6K 81 10
                                    

Le Brun se encontraba al interior de su departamento revisando los trabajos de pregrado que se había enviado a su correo. Entre el trabajo y magister no había tenido tiempo para tomarse una ducha durante la mañana. Tampoco había tenido tiempo para almorzar.

Aquella mañana recibió un mensaje de Javier. No preguntaba cómo estaba, ni le pedía que se vieran. Solo le entregaba la invitación digital de su fiesta de cumpleaños, por correo. Aquella actitud hostil estaba presente desde el comienzo de semana. Lex se había tomado el tiempo, durante la semana, para poder comprarle un presente para su cumpleaños. No quería causar una escena aquel día así que evitaría tocar el tema esa noche.

Sus ojos se cerraron por una fracción de segundos debido al cansancio pero los volvió a abrir al sentir su teléfono vibrar junto a ella.

«Te paso a buscar a las 7 en punto. H.»

Sonrió y acarició el brazalete de plata que le había regalado su profesor Styles.

El martes, en la oficina de Styles no había sido capaz de besarlo. Temiendo que Penny pudiera decir algo sobre ella al rector.... Se había controlado por el bien de ambos. Solo quería ser fiel a sí misma. Además, se había prometido ir al cumpleaños de Javier para demostrarle que no le afectaba en lo absoluto su presencia. Javier se había comportado como un imbécil ese día y la humilló de la peor manera posible con su indiferencia y actitud autoritaria. La hizo sentir pequeña y arrepentida de haber pasado un fin de semana con él, creyéndole que le bajaría la luna y las estrellas tras aquel fin de semana. Alexa se había dado cuenta que para él no habían sido nada más que palabras bonitas memorizadas a cambio de sexo.

«¿Y quién le dijo que iría a la fiesta con usted?»

Con una sonrisa de suficiencia se incorporó tras escribir velozmente la respuesta y se dirigió a su habitación buscando entre sus prendas el vestido rojo que él le regaló. Pensó en usarlo para la fiesta de esa noche. Solo ambos sabrían el significado detrás de aquella prenda. Lo tomó en sus dedos. Era un plan. Lo utilizaría aquella noche.

Se duchó cuando faltaban solo dos horas para las siete de la tarde. Había comido un pequeño croissant que le habría sobrado del día anterior junto a una taza de café al medio día así que estaba muerta de hambre.

Luego de colocarse unos pantalones de yoga y una sudadera, se alisó su cabello y se maquilló un poco más de lo usual. Cuando estuvo lista, se colocó el vestido rojo que le cernía sus curvas a la perfección y junto a este unas sandalias altas de color negro.

Tras el sonido emitido por el timbre, se colocó su abrigo, tomó su bolsa negra y el regalo para Javier.

Su corazón le palpitaba a toda velocidad, afectada por la presencia de Styles cuando abrió la puerta. Ni siquiera la presencia de Javier le causaba tantos nervios. Sentía débiles las rodillas, ardor en su interior y sudor en sus manos.

Styles le ofreció una sonrisa de satisfacción y con esta una cálida mirada que le atravesaba el alma. Sintió que con sus pensamientos la desnudaba y le besaba la piel. Aquel pensamiento le dio escalofrío en todo el cuerpo.

—¿Ya nos vamos?

Alexa asintió y cerró la puerta.

En el ascensor Styles se apoyó en el espejo y llevó sus manos a los bolsillos de sus pantalones de vestir y se dedicó a mirar la pantalla que indicaban los pisos. Estaban en el cuarto. Si nadie entraba en el edificio podría seducirla y alcanzaría a besarla pero controló su deseo. Sabía que Le Brun no estaría dispuesta a besarlo. Lo rechazaría como en su oficina.

Vidas Cruzadas (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora