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El viaje de vuelta a Paris fue silencioso. Harry esta vez fue quien condujo desde el aeropuerto al departamento. Alexa permaneció con los ojos cerrados dormitando hasta que sintió que le besaban la mejilla.

—Hemos llegado...

Alexa suspiró y se desperezó. Bajó del vehículo siguiendo a Harry quien llevaba ambas maletas hasta el ascensor. Volvió a cerrar los ojos cuando se cerraron las puertas de acero.

—¿Deseas comida japonesa?

Alexa asintió mientras caminaba hacia él y lo abrazaba.

—Tengo sueño. —murmuró contra su pecho sin siquiera abrir sus ojos.

—Ya dormiremos.

Alexa suspiró y escuchó el timbre que hacía el ascensor al llegar.

Fue entonces cuando abrió sus ojos y ambos entraron al departamento. Harry caminó hasta la cocina y abrió el refrigerador. Tomó dos cervezas. Una para él y otra para ella.

—Gracias —sonrió dulcemente sentándose en el taburete. Harry le tomó la mano y la llevó hasta el sillón.

—Descansemos un momento aquí...

Alexa se acurrucó en el pecho de Harry y cerró sus ojos. Lentamente se quedó profundamente dormida. Cuando despertó seguía en el mismo sillón, pero una manta cubría su cuerpo. La cerveza, ya desvanecida, permanecía en la mesa de centro.

La joven se incorporó y entró a la cocina encontrándose con el profesor Styles comiendo.

—Muero de hambre... —enterró su rostro en el cuello de él y depositó un beso. Comenzó a sacar la camisa del profesor de su pantalón y metió una mano debajo de esta acariciando su abdomen.

—He pedido sushi. —Harry apoyó su cabeza en su hombro dándole mayor acceso a su cuello.

—Mmm... —Harry tomó una pieza con los palillos y la acercó a la boca de Alexa quien abrió la boca para tomarlo pero le alejó la pieza de prisa. La joven Alexa protestó pero a cambio Harry acercó su boca para besarla. Alexa sonrió y se alejó de él.

—Estás de buen humor... —sentenció la joven sentándose a su lado. Tomó unos palillos nuevos y comenzó a comer por su propia cuenta.

—Veo que tú también.

—Quería llegar a casa.

Harry la observó y sonrió.

—¿Qué? ¿He dicho algo malo?

El hombre negó con su cabeza y sonrió.

—A casa... —susurró Harry acariciándole el muslo— Me agrada saber que consideras este departamento tu casa.

—Nuestra casa —corrigió Alexa con una sonrisa.

—Lo que me recuerda que hay una parte donde no lo hemos hecho aún.

—No puedes dejarme comer tranquila Styles.

—Lo desearás tanto como yo cuando lo mencione.

—A ver dime...

—El ventanal... —susurró Harry— No te he tomado por atrás en ese lugar... Con las cortinas abiertas.

—Eres un pervertido.

—¿Por desearte?

—Por desear que otras personas nos vean.

—Me importa una mierda.

Alexa sonrió y le robó la copa de vino tinto a Harry.

—¿Cuál es tu fantasía que nunca me has dicho? —preguntó Alexa mientras bebía otro poco de vino.

Vidas Cruzadas (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora