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Alexa aquel día lunes despertó temprano. Se aseguró que Harry estuviera aún durmiendo para levantarse. Sin embargo, el profesor Styles no se encontraba a su lado. Bajó al segundo piso del departamento y quedó sin aliento. Su mirada se clavó en el ventanal con la figura de un hombre recién duchado y levantado mirando el paisaje rodeado de edificios antiguos. Ambos se deleitaron por unos segundos con la vista que el departamento les entregaba.

Era el primer día que despertaban en su nuevo hogar.

Styles bebió de su café inmerso en sus pensamientos.

Alexa se dirigió hacia él y lo abrazó por la cintura.

—Buenos días, profesor Styles.

Harry depositó una mano caliente en las suyas y giró el rostro para mirarla.

—Hola, Lex.

—¿No podías dormir?

—Tengo que ir a trabajar.

—¿Tan temprano? Apenas son las seis.

Alexa suspiró pesadamente recordando la reunión que tenía aquella mañana.

—Todo irá bien. —susurró Alexa besando su espalda— ¿Te puedo ayudar?

—No.

Alexa hundió su rostro en la camisa blanca.

—¿Alexa?

—¿Mmm?

—Te amo.

Alexa se separó de su cuerpo dubitativamente. Su boca se secó. Aquello era todo lo que había necesitado escuchar desde que llegó del viaje de Italia.

—También te amo, Harry.

Harry se volvió a ella y sonrió. Su boca con sabor a café se encontró con la de ella. Sus bocas resbaladizas se abrieron con necesidad y urgencia. Harry volvió todo su cuerpo hacia ella y la abrazó por las caderas. Los dedos de una mano se enredaron en el cabello húmedo de Harry mientras la otra viajaba hacia el bulto entre sus piernas. Recibió un gruñido de parte de él y sonrió satisfecha.

Alexa lo empujó hasta que Harry quedara apoyado en el ventanal y entonces se arrodilló deshaciéndose del cinturón y la bragueta de su profesor. Bajó el bóxer junto con sus pantalones de vestir y lo tomó con una mano para besarlo con sus labios.

—Alexa... —dijo en un tono de advertencia y súplica.

—¿Si, profesor?

Harry llevó una mano a su cabello largo y la levantó con delicadeza. Plantó un beso en sus labios mientras la tomaba por las caderas y la cargaba hasta tenerla apoyada en el ventanal. Alexa apoyó la cabeza en el vidrio polarizado sintiendo sus labios húmedos en su mandíbula.

—¿No querías que te tomara aquí?

—Si. —gimió en respuesta a sus manos tibias viajando por su pecho bajo la camisa de seda. Le acarició los pezones con los dedos y la besó dulcemente, enredando su lengua con la suya. Pronto sus dedos se detuvieron y llegaron hasta el vértice de su entrepierna reclamándolo como suyo.

—Mierda, Lex.

Alexa tomó la muñeca de Harry con desesperación.

—Por favor...

—¿Por favor qué, Lex?

—Te necesito.

Por más que quería girarla para que viera el paisaje mientras la tomaba por atrás, necesitaba besarla y mirarla a los ojos mientras se hundía en ella.

Vidas Cruzadas (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora