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«Te quiero a ti de vuelta»

Las palabras le cayeron como un balde de agua fría. Alexa tomó su bolso con temor. La sonrisa de suficiencia de Javier la hizo incorporarse inmediatamente. No podía estarse imaginando las intenciones que tenía Javier. Y aquellas no eran buena.

Frunció el ceño, confundida por aquel cambio de actitud hacia ella.

—¿Dónde vas? —Javier la cuestionó imitando sus movimientos. Faltaron solo unas zancadas para alcanzarla, tomarla del codo y cerrar la puerta con pestillo.

—Recordé que tengo... que... tengo que ir a ver a mi padre.

Javier largó una carcajada fuerte. Alexa dio un respingo leve mientras se aferraba a su bolso aún con más fuerza. Ahora se veía arrepentida de no haberle hecho caso a Bonnie de traer gas pimienta en su bolso. Lo había visto innecesario cuando su amiga se lo había mencionado. Jamás creyó verse involucrada en una situación de violencia.

—Sabemos muy bien que Harry no se encuentra en Francia. —sus dedos se enterraron aún más en su brazo.

—Por favor, profesor. Déjeme ir.

—¿Desde cuándo me tratas de usted? Recuerda que he estado entre tus piernas y de tu boca solo salía mi nombre. Saldrías tu perdiendo. Yo no, cariño.

La última palabra que antes le parecía romántica y detallista desde su boca, le hizo sentir repugnancia. Aquel hombre frente a ella no se parecía al que conoció hace unas semanas. No era el mismo que le había hecho el amor en Niza. Era un hombre totalmente distinto. Poseído por el rencor y odio, era un hombre violento.

—Javier, quiero irme... —suplicó al borde de las lágrimas.

—Siempre todas lo quieren a él.

—¿De qué hablas?

Javier frunció el ceño.

—Ella... y ahora tú.

Trató de soltarse pero fue imposible.

—Suéltame, Javier.

—Te he mentido... —Alexa miró los ojos azules de Javier— El rector no sabe absolutamente nada. Si terminas con él tu secreto estará a salvo conmigo. Ni tú ni Harry serán desvinculados de la universidad.

—Javier...

—Prométeme que terminarás con él. —Javier apoyó su frente en la de ella.

La señorita Le Brun sintió nauseas.

Tras largos segundos asintió dándole falsas esperanzas.

Javier plantó un besó en su comisura. Alexa cerró los ojos con fuerza. Lo empujó de los hombros y levantó su rodilla para golpearlo justo en la ingle.

—No vuelvas a tocarme nunca más en tu vida —gritó mientras dejaba a un Javier adolorido y quejumbroso atrás mientras salía con pasos firmes de la oficina y del edificio.

Entró en el primer baño que encontró y se sentó en un inodoro mientras comenzaba a llorar. Las lágrimas le recorrieron las mejillas mientras todo su cuerpo temblaba.

Nunca había sentido tanto miedo excepto cuando su ex novio fue violento con ella unos años atrás. Aquella historia estaba enterrada muy en el fondo de su corazón y así la mantendría hasta que decidiera lo contrario.

En aquel momento su celular comenzó a sonar.

Se limpió las lágrimas, se arregló la garganta y contestó.

Vidas Cruzadas (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora