Nunca más un cuento de hadas [Completa]

Capítulo 1

—¿Crees que hago esto por el alcohol? —susurra mientras baja mis jeans.

—Uhm, ¿Es que no es así? Porque de mi parte lo es —señalo y gimo cuando sus dedos tocan mi sexo por encima de las bragas.

—Entre tú y yo hay mucha atracción, siempre ha sido así —Lame el lóbulo de mi ojera y me remuevo para incitarlo a dejarse de juegos—. ¡Por Dios, mujer! Que receptiva —gruñe y aparta la tela para introducir dos dedos de golpe. Retoma sus besos en mi cuello y escote.

—Tienes novia, el alcohol y la calentura no me permite ser alma caritativa. Sólo fóllame y deja de hablar.

No negaré sus palabras, ambos lo sabemos. Pero había evitado cualquier rose para no perder el control. Podía existir cualquier otro dispuesto a disfrutar del sexo libremente sin complicaciones. Lastimosamente soy muy selectiva de con quienes me acuesto y este imbécil verdaderamente me gusta, me gusta mucho.

¿Por qué tiene novia, por qué? Y ¿Por qué tengo que estar borracha en su apartamento mientras escuchamos gemidos calientes de mi mejor amiga con su ex en la pieza del lado?

—Puedo tenerla a las dos en la misma cama. ¿Te van los tríos?

Su comentario me baja la calentura como por arte de magia y lo empujo para liberarme.

—Jodete.

—¡Hey! —se queja levantándose del suelo.

Acomodo mi ropa y ni siquiera lo miro cuando salgo de la habitación un poco desubicada. No debería salir a pedir un taxi o dejar aquí a Cloe, pero esto ya es demasiado para mí. El estúpido tiene novia y eso debe ser suficiente para mantenerme alejada. ¿Qué mierdas hacía? Maldito alcohol.

¿Por qué era que me gustaba tanto el idiota?

Sí, ya... Es el chico más atractivo de mi carrera, inteligente, carismático y le apasiona la música igual que a mí. Lo que tiene de bueno lo tiene de imbécil, hace un mal uso de todos sus potenciales.

Llego a la esquina de la calle y todo está demasiado solo para ser un viernes, observo mi reloj y la respuesta llega a mí...

—Mierda, está muy tarde —vocifero mientras me planteo regresar por mi mejor amiga.

Como si tuviéramos una conexión extraña, observo una larga melena llena de rulos enmarañados moverse para todos los lados, como si estuviera desesperada buscando algo.

Inmediatamente sus ojos conectan con los míos, la veo caminar como un toro loco intentando llegar a mí lo más rápido posible.

—Dime que te hizo para hacerle tragar sus propias bolas.

Pasa sus dedos constantemente por su cabello intentando arreglar lo que seguro provocó su ex... o novio, ya ni sé que son de tanto terminar y volver.

—No hizo nada, sólo se me quitaron las ganas.

—Pero si te encanta.

—Tiene novia.

—¿Y?

—No seas...

—Vale —me interrumpe y rueda sus ojos porque sabe exactamente las palabras que iban a salir de mí boca—. Eso ya lo sabíamos y aún así entraste a la habitación.

—Combinación de licor y ganas, pero recapacité. Hablemos de ti: ¿Volviste con Jackson?

—Digamos que en eso estábamos hasta que tu delirio comenzó a decir bastante cerca de la habitación lo loca que estás. Cosa que ya sabía, pero me alarmé y necesitaba saber si te hizo algo.