Capítulo 32

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—Nena, mañana es el evento de Halloween. Lo recuerdas, ¿no? —La voz de mamá me sobresalta y estropeo una línea del plano que debo terminar para mañana.

Si vuelvo a perder clases me veré obligada a cancelar materias para no afectar mi promedio. Debo poner orden en mi vida y ahora que Owen volverá al ruedo, prácticamente me obligará a ser tan aplicada como él.

—Si soy sincera, mamá... lo había olvidado —Realizo una mueca—; Pero, por supuesto que iré. ¿A qué hora es?

—Comenzará a las 2:00pm, tú puedes llegar a las 4:00pm para que no pierdas ninguna clase.

—Sí, tengo que presentar el segundo avance del proyecto final de Taller.

—Vale, linda. Que te vaya muy bien. Tengo turno en la noche, 12 horas, para poder descansar mañana y...

—No te preocupes, mamá. Aquí todo parece estar bien. Papá absorbido por el trabajo gracias a que no tiene una ayudante, mis hermanos están retomando su relación, aunque Daniel tiene a Ry de esclavo, y yo... iré hablar con Cloe apenas termine esto y luego tengo una... ¿cita? —Se siente raro pronunciar la palabra—, con Owen.

No sé por qué me ruborizo, sin embargo, fue la misma reacción que me produjo escucharlo de él hace un par de horas. Logró que todo el caos que era mi mente en ese momento, menguara. Ahora me siento más tranquila y puede que no ahorque —con demasiada fuerza— a Cloe.

—Entonces las cosas entre ustedes están bien.

—Sólo me estoy haciendo la tonta, mamá, y disfrutando de ello.

—Hija, no...

—No lo hagas mamá, no comiences a interceder por algo que no vas a explicarme, ¿está bien? Ahora estoy intentando no pensar en ello.

La culpa cruza su rostro y transforma su pequeña sonrisa en una mueca de resignación.

—Bueno hija, pásala bien y cuídate... por favor.

—Lo haré... Y mami, una pregunta —Realiza un movimiento de cabeza instándome hacerla—. ¿Qué pasó con la secretaria de papá?

Carraspea y cambia el peso de una pierna a la otra en tres ocasiones.

—Al parecer nunca dejó de verlo como lo hacía en la universidad.

—¿Qué significa eso?

—Intentó seducirlo una noche que fueron a Toronto para entregar un proyecto. Jacobo y yo habíamos discutido, ella lo sabía y al verlo vulnerable... intentó besarlo. Eso fue la semana que pasaste donde tus tíos.

—Ya veo... ¿y papá te lo contó así nada más? ¿Cómo confiaste que no había sucedido nada?

—Tu padre y yo podemos tener muchísimas divergencias y discusiones recurrentes por temas importantes, pero nos amamos. Estoy segura de su amor y estoy segura de todo lo que hemos dado para que nuestra relación sea lo más sana posible.

»El matrimonio y las relaciones no son color de rosas, menos con alguien como Jacobo que tiene una personalidad un tanto... complicada. Sin embargo, estoy segura que jamás sería capaz de traicionarme, aunque estemos pasando por la peor de las situaciones. Y, si algún día llegara a suceder a causa de un deterioro completo de nuestra unión, me lo confesaría con lágrimas en los ojos. Doy la vida por ello.

Sonrío con honestidad, porque a pesar de todo, me llena de alegría el corazón que todavía haya tanto amor entre ellos. No obstante, desearía que las peleas y discusiones que tenían meses atrás jamás volvieran a repetirse. De lo contrario, seré partidaria en apoyar un divorcio, aunque eso me partiera el alma.

Nunca más un cuento de hadas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora