Nunca más un cuento de hadas [Completa]

Capítulo 26

Aunque no tengo mucho apetito necesito comer algo si pienso beberme esa botella o quedaré inconsciente y vomitando todo lo consumido desde el bautizo.

El rato se vuelve ameno cuando comienza a bromear, hablar de los proyectos finales, realizar juegos de beber como "yo nunca, nunca", una tonta aplicación llamada "Bomba Drink" e incluso bailamos en nuestra propia fiesta privada. Por momentos recuerdo cuando de verdad lo consideraba un amigo con quien pasaba ratos agradables y congeniábamos; no obstante, Owen se representa en comparación para volver todo una nimiedad a su lado.

Luke ha ido a bajo por otra botella y cuando menos pienso vamos por la mitad y son más de las tres de la mañana... Sin embargo, no lo he logrado... él no ha salido de mi mente ni un solo segundo.

Todo me da vueltas y si continúo bebiendo, mi almohada será el retrete.

—Ya —digo dejando la copa sobre su escritorio—. Su-ficien...te.

El ríe por mi lengua enredada, pero sé que también está bastante bebido. La mayoría de las veces fui la perdedora en el último juego, otras se apiadaba y tomaba el trago por mí.

—Antes aguantaste demasiado.

—Muuuucho —Rio y me dejo caer sobre su cama dándome un fuerte golpe contra el espaldar—. ¡Auch! —Me quejo, aun así, sigo riendo como tonta.

—Ven aquí, borracha.

Me abraza y soba mi cabeza para aliviar el golpe. Los ojos me pesan y sé que en cualquier momento voy a quedarme dormida.

Se recuesta conmigo pegando mi frente a su pecho.

—Luuuke.

—¿Uhm? —La diversión está impresa en el sonido nasal.

—Agua —pido y alzo mi rostro haciendo un puchero exagerado.

El delinea mi labio y los presiono con exageración para bromear.

—Como usted mande.

Se levanta con cuidado estabilizándose un poco, hago lo mismo cuando sale y abro la ventana necesitando aire fresco.

No paro de pensar en qué estará haciendo y si estará con ella... o con otra, si estará pensando en mí... o, simplemente, si estará bien.

Suspiro y dos enormes gotas salinas se desprenden de mis ojos, no me molesto en quitarlas y las dejo secar con el viento. Me niego a llorar, así que voy por otro trago.

Antes que pueda servirlo la puerta vuelve abrirse.

—Dijiste que fue su-ficien...te —imita mi gagueo y ambos reímos.

—Cierto.

Dejo la botella en su lugar y tomo la de agua que me extiende Luke. Vuelvo a la ventana mientras me bebo casi la mitad de un solo trago.

Unos enormes brazos de piel tostada y venas marcadas, me rodean desde atrás. El calor que desprende alivia un poco el malestar de mi pecho, pero no son los brazos en los que quisiera estar.

—¿No vas a decirme qué te sucede?

Muevo mi cabeza a ambos lados con exageración mientras doy otro trago, luego giro en medio de su agarre y lo observo con la cabeza ladeada.

—Eres buena compañía como amigo, Luke.

—Sabes bien que no quiero ser sólo tu amigo.

Presiona su frente con la mía, voy apartarme, pero el presiona su agarre.