—¿Quién mierdas es este maldito psicópata? —grito encolerizada y me pongo de pie con furia.
—Hey... tranquila —pide Owen posicionándose en frente de mí y colocando ambas manos sobre mi rostro—. ¿Quieres hablarme de esto? Voy ayudarte en lo que necesites, Julieth. Más si estás en peligro.
—Pero nosotros... —titubeo y me enfoco en sus ojos.
—Nosotros nada. Nada cambia, pero eres mi amiga y me preocupo. Te he demostrado que puedes confiar en mí, aun así, no insistiré si no quieres.
Sus palabras me tranquilizan y me invade esas ganas de besarlo que parecen jamás abandonarme. Quiero sentirlo cerca todo el tiempo.
Me contengo y deshago su agarre para ir directo a tomar los sobres que están guardados en el baño. Regreso y se los muestro todos.
Su mandíbula está tensionada mientras revisa uno por uno, vuelve a unir los recortes de fotografía intentando descifrar algo, pero no se ve más que la coronilla de un cabello rubio y sé que no soy yo porque ese fondo es de un lugar donde yo jamás he estado.
A comparación de la foto que llegó hoy de mí, era justo de cuando llegué esta semana a la residencia.
Vuelvo a leer la última nota:
ME ALEGRO QUE ESTÉS DE REGRESO, MI CHARLOTTE. PRONTO TE DARÉ TOTAL LIBERTAD PARA QUE HAGAS TU VIDA SIN QUE NADIE TE LO IMPIDA.
—Esto debe saberlo tu padre —susurra Owen releyendo los sobres—. El único al que puede referirse con que no te da libertad es al Sr. Reynolds y parece... una amenaza.
Señala y recuerdo todo lo que mencionó papá el día que llegó el mensaje a su celular.
—No puedo decirle, no aún. Se que papá ha estado recibiendo cosas así durante más de dos años, pero a ninguno nos ha sucedido nada y necesito llegar al fondo de esto. Él no quiere contarme toda la verdad y yo debo saberlo o voy a volverme loca. Debes ayudarme Owen —digo en un arranque de desesperación.
El me observa con sorpresa y luego asiente regalándome una sonrisa tranquilizadora.
—Lo que tu me pidas, bonita.
Deja los sobres encima de la cama y me abraza. Recargo la mejilla en su pecho me doy cuenta que comencé a sollozar.
Tengo miedo, aunque en sus brazos me siento protegida. Pero tengo miedo por papá, algo me dice que es él quien está en peligro y no yo.
¿Por qué me llama Charlotte? ¿Por qué me dice mi niña y lo hermosa que estoy? Ese tipo está completamente loco.
Mis ojos caen en las notas sobra el colchón y recuerdo la que señala que me tuvo en sus brazos una vez y le bastó para amarme. Un gemido fuerte sale de mi garganta.
—Es un desquiciado, se enamoró y obsesionó de una bebé. De mí... cuando era apenas una bebé —digo en medio de la conmoción. De sólo pensarlo me entran arcadas.
—Escúchame —me pide Owen volviéndome a separar de su pecho—. Vamos a saber quién es y tú estarás bien, tu padre también.
Sus ojos están aterrados, con ira, pero hay algo más aparte de la preocupación. Me obligo a no confundirlo con la lastima... incluso parece ¿culpa?
—¿Cómo puedes asegurarme eso?
—No puedo, aun así, quiero creerlo. Debemos aferrarnos a eso y haré todo lo que esté en mis manos para ayudarte y cuidarte.
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Nunca más un cuento de hadas [Completa]
Romans[+18] Érase una vez una vida perfecta... Con una familia unida, una casa enorme, buena posición económica; mucha inteligencia, buenos talentos, personalidad, belleza; los amigos más incondicionales y el mejor novio... ¿Qué más podría pedirle a la vi...