Capítulo 38

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LANDON.

3 semanas después...


En mi vida, dejar de ser débil y aprender a controlar el dolor, nunca fueron una opción. Se fue haciendo parte de mí con tanta naturalidad como lo era respirar. Sin embargo, nunca eres lo suficientemente inmune o asocial como para no sentir y permanecer fuerte cuando te encuentras una escena como esa.

Era mucho fuego y humo que le impidió al helicóptero aterrizar con rapidez y precisión, contando el espacio que se encontraba ocupado por tres autos y cuerpos inmóviles. Nunca había sentido tanto miedo y tanta zozobra.

Todo indicaba que habíamos llegado tarde.

Supe que algo andaba mal en el mismo instante que comenzaron a comunicarse a todos los celulares satelitales que manejábamos para cada asunto especial y entregas importantes que no podían salir mal por nada en el mundo. Desde que había decidido permanecer en Vancouver por Owen, no contaban mucho para pedirme que participara de alguna, y que me estuvieran llamando justo ahora cuando se estaba efectuando el mayor operativo en una de las pistas clandestinas que manejaba Callaghan, supe que algo grande estaba sucediendo.

Necesitaban apoyo a las afueras porque el jefecito y sus tres fieles acompañantes no llegaron al lugar de encuentro donde saldría otra avioneta hasta Toronto... Allí había un vuelo preparado con identificaciones falsas y, unos cuantos sobornos para salir del país directo a Rusia.

Comencé a llamar a Owen como desquiciado y su celular no tenía recepción. Allí entendí que Callaghan no estaría en la entrega de droga como lo suponíamos; estaba con ellos, había llegado a Julieth y de paso a mi hermano menor. Y efectivamente, el maldito fue más inteligente que muchos, pero no que ese par de niñatos enamorados. Les hizo creer a sus socios que debían estar presentes para firmar tratos con otros mercados de Estados Unidos, porque sabía que allí los capturarían junto al gran cargamento de droga, mientras pocos sabían de su verdadero plan para llevarse a Julieth pasando desapercibido.

Al final si pensaba dejar el negocio por llevarse a su hija... Cambiaría el narcotráfico por secuestro, el muy imbécil.

El televisor en la sala de espera del hospital comienza a desplegar las noticias de última hora.

»—Antonia García, mujer capturada por colaborar y facilitar el secuestro fallido de la señorita Julieth Reynolds. Se aprovechó de la confianza de su ex jefe, ex compañero de universidad y padre adoptivo de la señorita Julieth; el señor Jacobo Reynolds. Mientras era su asistente personal y manejaba copia de llaves y claves para acceder a la oficina y archivos personales, recibió una gran cantidad de dinero impulsada por motivos pasionales, les permitió el acceso a las instalaciones del reconocido despacho del arquitecto Reynolds y asociados, junto a múltiples entradas de residencias a su nombre e incluso tarjetas de crédito, de las cuales no logró hacerse efectivo algún robo. Se presume que se habrían llevado a cabo, una vez Callaghan Jones secuestrara a la señorita Reynolds.

»—Se extenderá información en noticias del medio día. Hasta entonces, una feliz mañana.

—¡Que hija de la gran puta!... —mascullo, con todos los músculos apretados

—Una lastima lo sucedido con esa chica y su novio, ¿no le parece? —pregunta alguien a mi lado haciéndome fruncir el ceño con mayor profundidad.

Giro para observarla de soslayo y me encuentro con una señora de bastante edad. Su cabello completamente blanco y demasiadas arrugas me recuerdan a Cecile. Sin embargo, no me apetece hablar un culo... con nadie.

Al ver que no respondo se gira para dejar de observar el televisor y despliega una sonrisa dulce, bastante empalagosa para mi gusto.

—Soy muy habladora, disculpe. —Remueve un pequeño rosario que lleva en sus manos—. ¿A quién espera es su novia?

Nunca más un cuento de hadas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora