Sus ojos se abren al notarme y darse cuenta de la ira contenida que está comenzando a reflejar mí rostro. Me recorre completa como si quisiera comprobar que soy yo y estoy intacta.
En este momento sólo quiero darme la vuelta y desear jamás haber venido... o jamás haberlo conocido.
Gabriella se remueve recargando su hombro en el marco de la puerta y, sólo hasta ese momento, los ojos de Owen recaen en ella. Comienza a hilar pensamientos y segundos después niega con desespero.
—¡No, no! No es lo que parece.
Frase trillada.
Da un paso hacia mí con su rostro desencajado y agobiado.
Su aroma hace que deba apartarme instintivamente para no derrumbarme. Mi sistema y los poros de mi piel reaccionan a él como si estuviera respirando verdaderamente bien por primera vez en estos días.
Doy otros dos pasos atrás, aunque mantengo la cara en alto con una máscara impenetrable de aborrecimiento.
Siento que podría comenzar a temblar y desgarrarme el alma en llanto. Un escalofrío está instalándose en cada parte de mi cuerpo.
—No me interesa —repito con voz robótica mientras estampo la caja contra su abdomen haciéndolo retroceder.
—No, escúchame. —Su voz se quiebra a mitad de la demanda y alza su mano para tomar la mía, alcanzo apartarla—. No seas así, carajo. Desapareces, te alejas, ignoras mis llamadas, te busco hasta el cansancio y luego vienes acá para... —Se detiene para soltar el aire con fuerza y buscar calma—. ¿A qué viniste, Jul?
Observa la caja con pizza y mi labio inferior tiembla. Lo muerdo con fuerza para detenerlo.
—Fue un error, ya no importa a qué vine.
—Déjame explicarte, déjame...
La transparencia con la que sus sentimientos amargos le deforman cada facción me desarma, me duele verlo así de herido y desesperado. Por un momento quiero aferrarme a la sensatez y escucharlo, tomar cualquier rastro de valentía y madurez opacado por los celos, la inseguridad, la duda, la desilusión y la desesperanza...
Quiero que esto sea mentira...
Antes de que pueda asentir y acercarme, la voz de Gabriella lo interrumpe y me devuelve a la realidad:
—¿Por qué tienes que darle explicaciones si a ella no le dio nada acabar con lo que había entre ustedes? —Me observa con ira— Fue ella quien te dejó sin importarle. Además, esa supuesta relación que llevaban te permite estar con quién quieras sin dar explicaciones.
—Cállate y por favor apártate, esto es algo entre nosotros —le ordena Owen perdiendo la calma—. Estoy cansado de tu insistencia para cambiar algo que no va a suceder nunca, entiéndelo. —Baja la voz al final con un tiñe de lastima y comienzo a sentirme mal por ella.
Imagino que esas hubieran sido sus palabras cuando se lo confesara, me imagino en su lugar... El dolor en mi pecho se agudiza y mi vista se nubla.
—Mi corazón no lo entiende, lo intenté —Solloza—. Yo sólo quiero amarte.
La escena obvia se vuelve más repugnante antes mis ojos, cuando la imagen de ellos teniendo sexo sin importarle cuan enamorada está, se instala en mi cabeza... Vuelve a repetirse la historia que él mismo me confesó: le dirá que no significó nada, se justificará con haber sido victima del momento y dejarse llevar cuando sólo buscaba deshago...
No le importó cuánto iba hacerla sufrir luego. Simplemente aborrecible.
La sensación de haberme equivocado completamente con quien creía que era, se siente peor, más desgarradora.
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Nunca más un cuento de hadas [Completa]
Romance[+18] Érase una vez una vida perfecta... Con una familia unida, una casa enorme, buena posición económica; mucha inteligencia, buenos talentos, personalidad, belleza; los amigos más incondicionales y el mejor novio... ¿Qué más podría pedirle a la vi...