Capítulo 2

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Owen ve el temor en mis ojos y reacciona antes que yo pueda hacerlo.

Lo último que escucho al caer sobre la persona que me tiene aprisionada con sus brazos, es una exclamación ahogada de dolor por el golpe que le ha dado el chico tierno.

Mis instintos están tan alterados que deseo enterrarle el codo en un costado, pero es justo en ese momento logro reconocer el gruñido al igual que su perfume... ¡Oh, oh!

—¡Puta mierda! —se queja mi mejor amigo.

—Brad —susurro antes de ponerme de pie rápidamente para ayudarlo—. ¿Por qué me asustaste así, imbécil? —Lo reprendo mientras tomo su brazo para ponerlo de pie. Sangre brota del labio inferior.

Los ojos de mi mejor amigo se encuentran con los de un Owen contrariado y está a punto de írsele encima. Soy lo suficientemente rápida para interceptarlo antes que lo haga.

—¿Qué se cree este idiota para golpearme? —grita colérico intentando hacerme a un lado.

—Cálmate, Brand. Hubiera sido yo quien te golpeara si él no lo hace. Es tu culpa por asustarme y tomarme como si me fueras a secuestrar —Me observa contrariado—. Sabes bien que desde que papá enloqueció con mi seguridad estoy más alerta que nunca, mis nervios no pueden con tanto.

—Ha dañado mi perfecto rostro, ¿No lo ves? —Se señala y bufo. Ni en momento como estos deja de ser tan ególatra.

—Es sólo un rasguño, tranquilízate.

Lo tomo del brazo y regreso a mi habitación para curarle la herida que no para de sangrarle.

El chico tierno ahora parece no serlo tanto, aunque no lo culpo, con esas manos cualquier golpe es bastante fuerte.

—Hey, amigo. Lo... lo siento. Ella estaba muy alarmada y de verdad creí que le harías daño, fue una reacción instintiva —dice un Owen apenado caminando tras nosotros.

—No soy tu amigo —exclama tosco y me atrae a su cuerpo envolviéndome con uno de sus brazos.

Está enojado y posesivo, se está comportando con un patán. Es obvio que Owen no tuvo la culpa, sólo quiso ayudarme. Supongo que muchos hubieran hecho lo mismo.

—No aúlles tan alto, cachorrito. Sólo estaba defendiéndome —regaño a Brad quien me observa ceñudo y luego refunfuña por lo bajo un «Disculpas aceptadas». Dudo que el nuevo haya escuchado.

Pobre chico, no ha tenido una buena bienvenida. Se cruzó con la chica incorrecta, y ahora creo que le debo más de una.

***

—Definitivamente amo al cerebrito —asegura Cloe mientras se burla del hematoma de Brad en un lado de su rostro y parte del labio. Entrecierra sus ojos en dirección a ella y yo retomo la lectura decidiendo que me interesa más el examen que sus tontas peleas.

—Ni así dejo de verme atractivo —dice y sonrío al imaginármelo encogiéndose de hombros y dándole esa sonrisa arrogante que Cloe tanto odia.

—¿Recuérdame por qué es tu amigo? —pregunta ella girándose en mi dirección mientras la escucho masticar una de sus papas de limón. 

—¿Ustedes dos pueden dejar de pelearse una vez en su vida? Supérense —Suelto exasperada sin despegar mi vista de un libro.

Mi semana ha sido caótica. Las entregas finales, exámenes, demasiado estudio y pocas horas de sueño. Creo que de los últimos 8 días he dormido unas 20 horas en total. La falta de descanso, tanta carga cerebral y emocional van hacerme explotar. Junto a estos dos que no paran de destilar veneno cada vez que están juntos.

Nunca más un cuento de hadas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora