Nunca más un cuento de hadas [Completa]

Capítulo 17

No me queda de otra que asentir.

—Juegas sucio —murmuro.

Me ha dejado tan desorientada y sin fuerzas para luchar, que debo escucharlo.

Baja la tapa del escusado para sentarse en ella, no sin antes devolver mis prendas inferiores a su lugar. Luego tira de mi brazo y me sienta en sus piernas.

¿Así como voy a pensar con claridad?

Mis piernas se sienten tan débiles y temblorosas aun, que no me opongo.

—¿Qué escuchaste en el baño? —inquiere llevando un mechón tras mi oreja que se ha soltado del moño revuelto.

Niego y me encojo de hombros.

—¿Por qué te amenazó con contar algo, y a quién?

Suelta un suspiro.

—No es lo que piensas, lo juro.

—¿Qué se supone que pienso?

—Sólo he estado contigo desde que nos acostamos la primera vez.

¿Eso qué significa? ¿Antes si estuvo con ella?

—No quiero explicaciones, quedamos en eso.

Asiente y se irgue.

—¿Entonces qué quieres, Julieth? ¿Por qué estás así? Estaba volviéndome loco porque tu celular me envió a buzón toda la madruga y esta mañana, pensé... pensé que te había sucedido algo o que Luke...

—Estamos hablando de ti —lo interrumpo—. ¿Se refería a contarme algo... a mí?

Niega, pero permanece en silencio.

»¿Qué ocultas? —Insisto en un susurro temeroso.

—No es contigo, no tiene que ver contigo —aclara rápidamente—. Pero me avergüenza contártelo. —Traga fuerte y su rostro decae.

Acaricia mi brazo, lo dejo hacer porque me tranquiliza. Sin embargo, se detiene y gruñe.

»Maldito imbécil. Debí partirle la cara un poco más... debí quedarme contigo —asegura acongojado. Mi mirada recae siguiendo la suya.

No había notado el evidente moretón que se está formando donde presionó Louis en la madrugada. Las marcas de sus dedos están allí, en mi piel. Por ser tan blanca se ve peor de lo que verdaderamente fue.

—Ya te he dicho que no es tu responsabilidad cuidarme... Además, tenías un asunto que resolver.

Mi respuesta es ponzoñosa y le hace recordar que continúo enojada. Aunque le avergüence lo que tenga que contarme no soporto un secreto más y debo asegurarme que no me incumbe, que de verdad Gabriella no se refería a mí.

—Hablaba de mi hermano... Landon. Él estuvo en la cárcel un par de meses antes que viniera a Vancouver —agrega en un susurro y me tenso—. Como era la primera vez que lo atrapaban y el asunto no llegó a mayores, lo dejaron salir bajo fianza... que yo pagué. Prácticamente tuve que empeñar media vida y aceptar intereses infernales para conseguir el dinero. Él no lo sabe y Gabriella jamás estuvo de acuerdo con que lo hiciera, también sabe muy bien que si Landon se entera es capaz de volver a malas andanzas para pagarme ese dinero cuanto antes.

Todo lo dice sin mirarme y rozando suavemente la marca oscurecida en mi brazo, aunque su cuerpo está completamente rígido.

Quisiera preguntarle por qué estuvo en la cárcel y con quien prestó ese dinero, incluso ayudarle a pagarlo. Pero eso sería meterme demasiado en su vida.